La relación es muy afectuosa. El primate lo acaricia, le quita las pulgas y lo cuida constantemente, pero a veces se ve lo contrario: el mono tomándolo violentamente y robándole la comida.
Por el momento, la decisión del zoológico es dejarlos vivir juntos. Al menos mientras las riñas no empeoren.
Fuente: http://america.infobae.com