Ante los hurtos constantes por las noches, el dueño de una tienda de golosinas de Colorado -EEUU- decidió instalar los equipos de grabación. Una vez que tuvo las primeras cintas se sorprendió al comprobar que el ratero no era más que un oso.
Todas las mañanas, en las inmediaciones de la tienda, aparecían los envoltorios de los productos que el “ladrón” consumía.
En la cinta se puede observar como el mamífero ingresa al local y escoge productos en particular, como si hubiera sabido de qué se trataban. De no haber dejado los rastros de los chocolatines, el oso podría haber continuado con el “atraco goloso”.
Fuente: http://america.infobae.com/