Científicos de distintas partes del mundo han colaborado en la construcción de un cuerpo humano con miembros y órganos artificiales, que fue presentado en un documental del Canal 4 de Gran Bretaña.
Según sus creadores, «Rex» (abreviatura de «exoesqueleto robótico»), fue diseñado para explorar los avances de la ciencia y la tecnología en la medicina, y cuesta alrededor de seis millones de dólares.
«Es emocionante y genera un poco de miedo. Podemos estar en un punto donde la ciencia y la tecnología nos marcan la posibilidad de ir más allá de los límites de la evolución», dijo Bertolt Meyer, un psicólogo social y presentador del programa de televisión.
Meyer tiene una prótesis de brazo que le costó cerca de 50 mil dólares, según publicó el Daily Mail.
Uno de los aspectos más destacados de Rex son sus ojos artificiales, que constan de microchips implantados en la retina que reciben las imágenes captadas por una cámara montada en las gafas. «Esperamos que con este sistema pacientes completamente ciegos puedan ver formas y objetos básicos», dice Robert MacLaren, de la Universidad de Oxford.
Pero el equipo también se utiliza para probar el corazón, los riñones y hasta un páncreas artificial que podrían, en el futuro, resolver el problema de la donación de órganos. El corazón artificial, por ejemplo, ya está en uso. Más de mil corazones han sido implantados a pacientes que estaban en lista de espera para un trasplante de órgano natural.
Las piernas artificiales y la pelvis fueron creados por el profesor Hugh Herr, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), y pueden imitar las acciones de los músculos de la pantorrilla y del tendón de Aquiles. El mismo Herr perdió sus piernas en un accidente y ahora utiliza el equipo que ha creado.
Sin embargo, Rex también es motivo de preocupación. Para George Annas, profesor de bioética en la Universidad de Boston, se corre el riesgo de «cambiar lo que significa un ser humano».
«Crearía una nueva especie, similar al mito de Frankenstein, en la que la criatura se vuelve incontrolable y destructiva».