Actúan como novios, aunque no lo son, se besan, se abrazan e tienen relaciones sexuales, aunque no son pareja formal.
Se trata de los amigovios o también llamados amigos con derecho. A decir de especialistas, estos grupos se alejan de los paradigmas tradicionales y de la relación con compromisos. Ser amigovios tampoco es sinónimo de tener relaciones sexuales sin compromiso, sino que puede ser simplemente una manifestación de afecto y compañía.
La mayoría de las relaciones de este tipo se dan entre grupos de adolescentes y jóvenes, principalmente en comunidades urbanas donde lentamente se han modificado algunos valores con la propia dinámica social.
El maestro José de Jesús Gutiérrez Rodríguez, jefe del Departamento de Clínicas de Salud Mental de la UdeG, explicó que muchas personas obvian aspectos de la relación de pareja que a la larga pueden causar rompimientos y prefieren darle prioridad a otros detalles que causan mayor agrado, como el aspecto sensual o la simple compañía. Entonces lo mejor para ellos es no generar compromisos y se da entonces el fenómeno de los amigovios.
“Muchas personas se van por lo novedoso y evitan complicaciones como dedicar tiempo y recursos a la relación, por el contrario en lo informal, los compromisos son menores”.
Aclaró que los amigovios, deben tener un acuerdo claro que defina cómo será su relación para evitar daños emocionales.
“Incluso los amigovios se imponen reglas como no decir te amo, no dar regalos, no conocer a las familias, o no imponerse tiempo para verse… pero no hay exigencias. Lo que se trata es evitar el compromiso para que al final sólo quede lo agradable y no la obligación”.
Finalizó señalando que al romperse el acuerdo, si una de las partes no quiere compromiso, ahí se acaba; pero también es posible que ambas partes decidan formalizar su vínculo en un noviazgo.
Pros y contras
Lo bueno:
Permite la exploración de la sexualidad y sensualidad.
Evita que los jóvenes tengan sentimiento de pertenencia sobre sus parejas y después puedan darse episodios de celos y violencia.
Ser amigovio no implica forzosamente que deba existir contacto sexual o físico, por lo que permite a los involucrados ahondar en las relaciones y mejora los vínculos interpersonales, así como las aptitudes de convivencia.
Para muchos jóvenes y adolescentes, puede representar una etapa de transición y les ayuda a discernir con qué, cómo y cuándo quieren comprometerse.
Lo malo:
Aunque el objetivo es no formar un vínculo emocional, existe el riesgo de que una de las partes resulte afectada sentimentalmente. En cualquier relación de este tipo, se inmiscuyen en mayor o menor medida, los sentimientos.
Al no existir una pareja formal, hay riesgo de enfermedades de transmisión sexual.
Pueden ser víctimas de rechazo social (principalmente las mujeres), por los paradigmas de noviazgo y matrimonio, como relaciones formales.
Fuente: http://www.publimetro.cl/