Cuando aquella noche de viernes Marisa Evangelina Scarfi levantó la mesa después de cenar para lavar los platos, nunca imaginó lo que iba a descubrir: en la botella de gaseosa a medio tomar, flotaba un perservativo.
«Es un horror lo que nos pasó. La gaseosa la compré en un supermercado chino de mi barrio, donde siempre voy, y estaba cerrada. Mi marido tomó otra cosa y se salvó. Pero los chicos y yo sí ingerimos la bebida durante la comida«, relató la mujer al Diario Popular.
Scarfi vive en Quilmes junto a su pareja y sus hijos de 2 y 6 años, a quienes tuvo que llevar al hospital para que le hicieran estudios. «(Al supermercado) les conté lo que me había pasado con la gaseosa. Se ofrecieron a cambiarme la botella, pero decidí guardarla porque pienso hacer algo legalmente», sostuvo la mujer que hizo el insólito hallazgo.
«No estoy tranquila, porque la bebida podría estar contaminada. La verdad que nunca me pasó algo así. Había escuchado historias terribles con características similares, pero esto es gravísimo«, agregó.
Fuente: http://tn.com.ar/