El nombre de un argentino se coló en la lista de “papables” que podrían reemplazar a Benedicto XVI. Se trata del cardenal Leonardo Sandri, ex número tres de la Iglesia católica durante el papado de Juan Pablo II.
“Sandri es un diplomático con buenas relaciones internacionales. Es un latinoamericano de origen italiano y con experiencia de trabajo en la Curia romana. Eso lo convierte en un ‘papabile’ para los cardenales extranjeros que mencionan su nombre en charlas informales”, comentó a Perfil Andrea Tornielli, vaticanista estrella del diario italiano La Stampa.
Hijo de inmigrantes italianos, Sandri entró en contacto con el mundo eclesiástico siendo niño, cuando ingresó a un preseminario donde padres trabajadores dejaban al cuidado a sus hijos. Luego, su vocación religiosa lo apartó de sus hermanos Rina y Raúl. Sandri comenzó sus estudios para sacerdote en el Seminario de Buenos Aires, en la calle José Cubas de Villa Devoto.
“Nos hicimos muy amigos porque, por el orden alfabético, teníamos piezas contiguas –recordó el padre Juan Carlos Rizzardi, ex compañero de Sandri en el seminario–. Era un joven brillante, siempre se sacaba un 10. Pero a la vez era muy cariñoso, familiero y servicial. Sus capacidad no lo engreía para nada.”
En los registros de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina, donde estudió luego del seminario, consta que Sandri se recibió de Bachiller en Teología en 1965 con la calificación “Summa cum laude probatus” (10); y de Licenciado en Sagrada Teología en 1968 con la calificación “Magna cum laude probatus” (9).
El 2 de diciembre de 1967, Sandri fue ordenado sacerdote por el monseñor Juan Carlos Aramburu, arzobispo de Buenos Aires durante la dictadura militar y nexo del gobierno de facto con la Iglesia Católica. Aramburu bendijo a Sandri al elegirlo como su secretario privado. Luego de hacer sus primeras armas como sacerdote en la parroquia Nuestra Señora del Carmen, en Villa Urquiza, Sandri se valió del padrinazgo de Aramburu para llegar al Vaticano.
“Normalmente, la Santa Sede pide a los cardenales que recomienden sacerdotes que quieran abrazar la carrera diplomática. Y el cardenal Aramburu tuvo la grandeza de desprenderse de Sandri”, dijo a PERFIL Esteban Caselli, ex embajador menemista en el Vaticano y amigo de Sandri. En 1970, el cura viajó a Roma para completar sus estudios y allí se radicó para siempre.
Luego de algunas misiones en el exterior –fue nuncio apostólico en Venezuela, donde hizo buenas migas con Hugo Chávez–, Sandri inició su camino hacia el estrellato eclesiástico de la mano de Angelo Sodano, poderoso ex secretario de Estado del Vaticano. El argentino llegó a ocupar el cargo clave de sustituto de la Secretaría de Estado y cobró fama mundial cuando, en la agonía de Karol Wojtyla, se convirtió en la “voz del Papa”. Fue él quien anunció la muerte de Juan Pablo II.
En 2007, Benedicto XVI lo “creó” cardenal. Su lugar de privilegio en la cúpula de la Iglesia no le impide a Sandri seguir visitando casi todos los años una casa de veraneo que tiene en Miramar. “Viene a descansar y, a veces, da misa pero intentamos resguardarlo mucho”, contó Fernando Mendoza, párroco de la ciudad costera. No es para menos: Sandri ya figura en los terrenales cálculos de los cardenales que elegirán al próximo Papa.
Fuente: http://www.perfil.com/ediciones/2012/2/edicion_654/contenidos/noticia_0059.html