La prueba involucra trazar líneas de un número a otro en orden ascendente lo más rápido posible.
Entre los individuos sanos que fueron sometidos al examen, todos adultos mayores, aquéllos que mostraron las tres puntuaciones más bajas tuvieron tres veces más riesgo de morir por la enfermedad que los que lograron las tres puntuaciones más altas.
Estas puntuaciones, afirman los científicos en BMJ Open (Revista Médica Británica), son una predicción más precisa que la que ofrece una popular prueba de demencia.
La enfermedad cerebrovascular puede ser causada cuando se rompe un vaso sanguíneo en o cerca del cerebro o cuando se interrumpe la irrigación de sangre y oxigeno al cerebro.
Aunque se ha avanzado mucho en la detección y tratamiento de la enfermedad cerebrovascular, ésta sigue siendo una de las principales causas de muerte y discapacidad en muchos países del mundo.
Se piensa que existe una asociación entre la disminución de las funciones cognitivas vinculadas al envejecimiento y el incremento en el riesgo de muerte o discapacidad tras uno de estos eventos.
Para comprobar este vínculo, la doctora Bernice Wiberg y su equipo de la Universidad de Uppsala en Suecia, siguieron durante 14 años a 1.000 hombres de entre 67 y 75 años de edad.
Los investigadores utilizaron los datos del llamado Estudio Longitudinal de Hombres Adultos de Uppsala, el cual ha estado analizando los diferentes factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y cerebrovascular de 2.322 hombres desde que éstos tenían 50 años de edad.
Lesión «silenciosa»
La doctora Wiberg quería investigar específicamente si existe una forma confiable de predecir -basándose en la función cognitiva de un individuo- quién está en mayor riesgo de morir a causa de un evento cerebrovascular.
Ninguno de los 1.000 individuos seleccionados para el estudio había sido diagnosticados con enfermedad cerebrovascular.
Cuando los hombres cumplieron 65 y 75 años fueron sometidos a pruebas para medir su capacidad intelectual.
Estas pruebas incluían la MMSE (Mini Mental State Exam), que se utiliza regularmente en muchos países para medir el riesgo de demencia, y la TMT (Trail-Making Test) o prueba de trazado.
La MMSE involucra tareas generales cognitivas como orientación, memoria y conocimientos básicos de aritmética.
La TMT requiere dibujar líneas con un lápiz de un número (o letras) a otro en orden ascendente lo más rápido posible.
Durante los 14 años de estudio, de 1991 a 2006, 155 participantes sufrieron un primer accidente cerebrovascular grave o un evento cerebrovascular leve.
De éstos 22 murieron en el mes posterior al evento y más de 50% murieron en los 2,5 años posteriores.
Cuando los investigadores compararon los resultados con las puntuaciones de las pruebas -y después de tomar en cuenta factores de riesgo como hipertensión, edad avanzada, educación y estatus socioeconómico- se observó que aquéllos que habían obtenido las más bajas fueron los que más probabilidad tuvieron de morir.
El vínculo no se vio con las puntuaciones de las pruebas MMSE, dicen los científicos.
Tal como explica la doctora Wiberg, es probable que la prueba TMT detecte discapacidades cognitivas latentes que son causadas por una lesión cerebrovascular «silenciosa» -como daños a los vasos sanguíneos- que no produce síntomas obvios o abiertos.
La investigadora señala que como la prueba TMT está ampliamente disponible, no sólo podría ser utilizada para identificar el riesgo de un evento cerebrovascular sino también puede ser utilizada para pronosticar la mortalidad después del evento.
«Es una prueba simple, barata y fácilmente accesible para uso clínico, así que puede ser una herramienta valiosa, junto con los métodos tradicionales como medir la presión arterial y preguntar al paciente sobre tabaquismo, para identificar su riesgo de enfermedad cerebrovascular».
«Y también puede ser un importante pronosticador de mortalidad después de un evento cerebrovascular» expresa la investigadora.
Por su parte, la doctora Clare Walton, de la organización Stroke Association, señala que «este es un estudio interesante porque sugiere que puede haber cambios prematuros en el cerebro que incrementan el riesgo de sufrir un evento cerebrovascular mortal».
«Es un estudio pequeño y las causas de la baja capacidad para dibujar no se conocen».
«Aunque es necesario llevar a cabo más estudios, la prueba tiene el potencial de identificar a quienes están en mayor riesgo de sufrir un evento cerebrovascular severo o fatal antes de que éste ocurra para que puedan beneficiarse con los tratamientos preventivos» agrega la experta.
Fuente: http://www.bbc.co.uk/