Tips para mejorar la comunicación con tu perro

Tips para mejorar la comunicación con tu perro

 

Tips para mejorar la comunicación con tu perroTips para mejorar la comunicación con tu perroTips para mejorar la comunicación con tu perroTips para mejorar la comunicación con tu perroTips para mejorar la comunicación con tu perroTips para mejorar la comunicación con tu perroTips para mejorar la comunicación con tu perroTips para mejorar la comunicación con tu perroTips para mejorar la comunicación con tu perroTips para mejorar la comunicación con tu perro

«A mi perro sólo le falta hablar». ¿Qué dueño no dijo esa frase alguna vez? Y, aunque sea cierta, la realidad es que tal vez nuestros amigos de cuatro patas saben hacerse entender -o nosotros sabemos decodificar aquello que quieren decirnos-, pero la comunicación comienza a hacerse ruidosa cuando los humanos somos los emisores y ellos los receptores. Si alguna vez te encontraste diciendo «pero te dije que no» o expresiones por el estilo, sabés de qué estamos hablando. Por suerte, podemos cambiar la situación y convertir a la mascota más rebelde en la más dócil y sumisa. Y, para eso, es preciso contar con la ayuda de un profesional que, según el caso, podrá ser un etólogo o un entrenador. «El etólogo es un veterinario que puede medicar, mientras que el entrenador no. Los etólogos atienden más bien conductas patológicas, donde existe un problema orgánico. El adiestrador hace foco en los problemas conductuales o de falta de comunicación entre el perro y el propietario.De todos modos, los adiestradores trabajamos con etólogos y al revés», explica Leonardo Tiscornia, entrenador de perros.

Conductas

Ya sea para enseñarle a sentarse, pasear por la calle, buscar a una persona, guiar a un ciego o buscar droga es necesario acudir a un entrenamiento. Sin embargo, «no todos los dueños necesitan adiestrar a sus perros ni tampoco es necesario que exista un adiestrador profesional para que los perros aprendan cosas. Pero es conveniente entrenarlos para tener una mejor comunicación», explica Tiscornia, para quien el proceso ideal incluye al propietario.»La idea es que participe para que el perro le haga caso al dueño y no al entrenador». Ahora bien, para lograr una buena comunicación comunicación con nuestra mascota, hay algunos puntos básicos que debemos saber. Según Tiscornia, uno de los errores más comunes a la hora de comunicarnos con ellos es corregir a destiempo. «Los animales viven en el tiempo presente, por lo que hay algunas conductas que ni con castigo se solucionan», dice el especialista.Y profundiza: «Por ejemplo, cuando se les refriega el hocico contra el piso donde el animal hizo pis es la bestialidad más grande que hay. El perro no relaciona lo que hizo con lo que está haciendo ahora. Y, por otro lado, retarlo en el momento en el que está haciendo pis tampoco sirve porque entonces relaciona que lo que está mal es hacer pis y no dónde lo hace».

¿Qué hago?

Intentá siempre por la positiva: en lugar de castigar, tratá de marcarle la conducta correcta. «Si tu perro se escapa, cruza la calle y cuando lo llamás regresa, lo tenés que felicitar porque volvió y no castigarlo porque se fue», aconseja el entrenador canino. Así, recordá que la única manera de corregir conductas es en el preciso instante en el que están sucediendo. Por eso, las acciones más difíciles de tratar son las que realizan cuando están solos como,por ejemplo, comer los muebles o romper los cables. ¿Otro consejo? «Los perros no entienden el lenguaje. Lo importante es que la palabra que utilices sea siempre corta, clara, firme, convincente, imperativa y diferente a como hablás habitualmente», dice Tiscornia.

Al que madruga…

También aquí Dios lo ayuda. Si tomás cartas en el asunto cuando todavía son cachorros, será mucho más fácil entrenarlos. De todas maneras, si los comportamientos son habituales y comunes pueden tratarse cualquiera sea la edad del animal. Pero hay algo que podés hacer todavía antes. ¿Antes? ¡Sí, antes! A-se-so-ra-te. Esto es: muchas veces elegimos el animal porque nos gusta o porque el criador nos dice que es perfecto pero después de unos días te das cuenta de que se trata un perro hiperquinético que no va con tu carácter o necesidad. «Por eso muchos entrenadores asesoran para las compras de razas sobre la base del estilo de vida de cada propietario», explica Tiscornia.

Por último, hay algo más que debés saber: si mantenés el entrenamiento durante las 32 sesiones que suele ofrecerte el entrenador y luego dejás de practicar, el perro probablemente desaprenderá todo lo aprendido. Por lo tanto, no sólo es cuestión de recibir ayuda sino de perseverar y sostener los resultados a lo largo del tiempo.

Fuente: http://www.revistamaru.com

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