Es conocida la broma médica de que, a partir de los 50 años de edad, si uno se levanta por la mañana sin que le duela nada significa que está muerto. Otros afirman, con más suavidad, que a partir de la quinta década de vida al cuerpo humano le aparecen goteras. Ironías aparte, nadie niega que el envejecimiento sea natural e inevitable. Pero hay muchas cosas que se pueden hacer para ralentizar este proceso y darle más vida a los años y acá te mostramos las 10 más infalibles, probadas y validadas por expertos internacionales.
• Según el doctor Aubrey de Grey, uno de los mayores expertos mundiales en biología del envejecimiento, que trabaja para la Universidad de Cambridge (Reino Unido), la clave de la longevidad se encuentra en que la ciencia y la medicina consigan contener siete trastornos del organismo humano que provocan que la maquinaria se oxide, deje de funcionar o funcione defectuosamente. Según el especialista británico viviremos mucho más cuando se logren atajar procesos biológicos como los que hacen que las moléculas se vuelvan rígidas, que falle el aporte de energía a la actividad celular, o que las células que van envejeciendo interfieran a las que las rodean o incluso las envenenen.
• La psicóloga Laura L. Cartensen, de la Universidad de Stanford, para vivir más y mejor, ofrece sugerencias válidas para todas las edades: «imaginar siempre un futuro enriquecedor, productivo y divertido, aceptar lo que venga, planear y hacer las cosas que nos apetecen, y pensar en lo que está por llegar de forma positiva».
• Los expertos en biología y psicología del envejecimiento han descubierto que gestos cotidianos pueden servir como indicadores de la posible longevidad de una persona. La gente que da un apretón de manos firme o puede levantarse de una silla con facilidad tiene mejores probabilidades de vivir más años, según una investigación de la Unidad para la Salud Longeva y el Envejecimiento del Consejo de Investigación Médica (MRC, por sus siglas inglesas) del Reino Unido.
• Otras tareas indicativas de la longevidad son caminar rápido y levantar objetos con fuerza. Incluso la capacidad de balancearse sobre una pierna parece estar vinculada a un menor riesgo de muerte, según el MRC, que añade que «aunque esto se aplica a la gente mayor, también puede ser relevante para las personas más jóvenes, en términos de medicina preventiva».
• Para un equipo de investigadores de la Universidad de Wisconsin en Madison, (EE.UU.), la fórmula de la ‘eterna juventud’ podría estar a nuestro alcance: una dieta con todos los ingredientes normales, pero con 30 por ciento menos de calorías que la usual. Un estudio realizado con monos -los «parientes» biológicos más cercanos del ser humano- confirma lo que se ha visto en otros animales, como moscas o roedores: restringir la ingesta de calorías prolonga la esperanza de vida. Los investigadores de Wisconsin comprobaron que, con una reducción calórica, los primates tenían tres veces menos de probabilidades de morir por enfermedades del envejecimiento como un infarto, cáncer o diabetes, en comparación los que comieron lo que quisieron.
• Según la doctora Josefina Vicario, pionera en Europa de la medicina antiedad, «aunque los seres humanos estamos programados genéticamente para vivir alrededor de un siglo, la enfermedad llega porque el sistema inmunológico se deteriora debido a ciertos desequilibrios y carencias». «Cuando se fortalecen las defensas orgánicas aportando al cuerpo los elementos que le faltan y eliminando los que sobran, no sólo se previenen dolencias como el cáncer, sino que se consigue estar cada vez mejor a pesar de la edad», señala la experta.
• Para alargar la vida con calidad, la doctora Vicario recomienda evitar la exposición a los metales tóxicos como el plomo, «que entra en el organismo al beber el agua que circula por las tuberías que contienen ese metal y tienen un efecto muy negativo en la salud. Tomar agua mineral y poner filtros en los grifos son algunas medidas para reducir su impacto perjudicial». Según la experta conviene cambiar periódicamente de agua mineral, porque «cada una de ellas contiene distintos elementos minerales: las hay ferruginosas, hidrocarbonadas o más o menos mineralizadas. Al variar su consumo, se consigue aportar distintos nutrientes al organismo».
• La experta también sugiere evitar o reducir el consumo de aguas minerales gasificadas, refrescos, cervezas y otras bebidas gaseadas, porque el gas que contienen aumenta la presencia de ácidos en el cuerpo, lo cual perjudica el organismo.
• La doctora Vicario aconseja sumergirse en la Naturaleza, ya que «es importante respirar y recibir el aire puro para oxigenarse y desintoxicarse, sobre todo a primera hora del día para que el cuerpo produzca en abundancia el cortisol, una hormona que «corta» la inflamación que desencadena la muerte celular. «La buena oxigenación mejora la capacidad vital y pulmonar, mientras que el aire libre es saludable, como lo demuestra el hecho de que la isla española de Formentera sea una de las regiones con más longevos de toda Europa, debido a sus especiales condiciones de luz y de sol», señala la experta.
• La especialista en medicina antiedad recomienda «consumir lo más posible productos frescos, naturales y que no contengan aditivos, conservantes o levaduras, ni hayan sufrido un proceso industrial importante. Hay que tomar la mayor cantidad posible de alimentos crudos, sobre todo a la mañana y al mediodía, cuando el organismo los metaboliza mejor».
Fuente: EFE