¿Quién no ha sufrido por amor? Hombres y mujeres han quedado y seguirán siendo desbastados cuando un mal amor se cruza en la vida. Afortunadamente, nadie se muere de amor.
Sin embargo, así como hay hombres “malos” también existen mujeres “malvadas”. ¿Cuántas no han hecho una escena de celos o han brujeado a su pareja cuando sale con sus amigos? Por un lado, es “normal”, tener discusiones y problemas en una pareja, pero es importante estar atentos a cuando estas dificultades se vuelven repetitivas en el tiempo, aíslan de familiares y amigos o cuando provocan dolor en la pareja que afecta la vida entera.
Categorizar a las personas es estereotipar, etiquetar. La psicóloga Loreto Carvacho invita a tomarse con más humor estos “tipos de personas”.
“Lo importante es usar esta distinción para que cada uno pueda ir reconociendo aspectos de la propia relación de pareja -o de las búsquedas de pareja- que nos incomodan o que queremos modificar”, comenta.
Una visión complementaria es la que entrega la terapeuta transpersonal Mariella Norambuena.
“Más que calificar a las mujeres creo que es interesante verlos como roles en que nos vamos moviendo en la convivencia con una pareja”, explica. Para ella, el tema pasa porque las mujeres somos más complejas y siempre estamos haciendo ideaciones sobre lo que pasa o deja de pasar en la relación.
“Propongo descubrir en que personaje te conviertes cuando no te llaman o tu pareja sale con los amigos. Aparece la histérica un día y al siguiente, la depresiva, al identificar en quien te conviertes, puedes ir tomando el control de los estados emocionales alterados que te provoca la pareja y lograr que no te desbordes”, enseña.
La idea es salir de las idealizaciones y aprender a mirarse sin vendajes en los ojos ni en el corazón. A sangre fría sin dramatizaciones que victimizan.
“Somos estructuralmente complejas, sobre todo si no tienes hábitos de autoconocimiento ni auto observación, donde le echas la culpa a los otros y no te das cuenta de cómo estás actuando”, acota la terapeuta que es directora EMDRialat Chile.
Para salir de estos roles, Mariella Norambuena, insiste en identificar que el rol se activa cuando estás en pareja o con tu marido, compañero. Y antes de hacerlo, considerar que son conductas muchas veces a nivel inconsciente sino serían patologías. Luego, una manera de trabajarlas es ir al origen de la situación que ocasionó esa forma de relación, verla, sanarla y volver a adquirir nuevas conductas emocionales. El objetivo será tener una vida sana y una mejor relación de pareja y ante todo, quitarle el poder de esos roles malvados para empoderarse desde lo mejor que uno trae a esta vida.
Las mujeres malvadas
Para reconocerlas, ambas especialistas elaboraron esta nueva lista que ayudará a conocer un poco más de los papeles que se asumen cuando se está en pareja:
1. Abusivas o maltratadoras: Así como hay hombres que maltratan a su pareja, también es posible encontrar a mujeres que hacen un enorme daño psicológico a los hombres. Tanto para hombres como para las mujeres es sumamente importante identificar cuando las discusiones se vuelven violentas o dañan la integridad psicológica.
2. Autosuficientes: Es frecuente que gane más plata que el marido y funciona en la pareja como si fuera el jefe. No se sale del rol de la oficina y lo traspasa a la casa, a los hijos. Es una tremenda ejecutiva en la vida. Lo negativo es que no considera las opiniones ni propuestas del marido, se hace lo que ella dice.
3. «Brujas»: Son aquellas mujeres que son sumamente inseguras en sus relaciones de pareja y celosas. Tienden a querer conocer cada aspecto de la vida del otro: dónde está, con que amigos salió, con qué mujeres conversa, etc. Este control les permite tranquilizar sus miedos a ser abandonadas o traicionadas. Si bien, muchas mujeres (y hombres) tienen alguna cuota de celos, es importante detectar cuando los celos o control coarta la vida social del otro.
4. “Calienta la tetera, pero no se toman el té”: Corresponde a mujeres que son seductoras en las relaciones con los otros, pero que no necesariamente, lo hacen por querer entablar una relación con alguien. Es probable que de manera inconsciente den mensajes muy diferentes a los que ellas están dispuestas a entregar, por lo que confunden al otro. Es posible escuchar de hombres: «yo pensé que le gustaba, porque me invitaba a su casa, a comer, era tan coqueta conmigo, pero no quiso concretar, no quería nada conmigo».
5. Conservadoras: Muchos hombres quedan bastante perplejos al encontrarse con mujeres con posturas muy conservadoras frente a la vida. En general las parejas comparten valores y posturas frente a la vida, pero no siempre es así. En estos casos es clave que las parejas puedan conocer muy claramente las posturas de cada uno frente a temas valóricos y saber cuáles son los límites de cada cual. Con una buena comunicación, es posible llevar una relación armónica y respetuosa por el otro.
6. Depresivas: El mal humor, la tristeza, la pena son estados recurrentes. El llanto no para ni las quejas tampoco. Nada les llena. Una profunda desilusión interior las lleva a empañar cualquier acontecimiento. Algunas se acostumbran a vivir así hasta que la vida les muestra qué es sufrir realmente. Pero también son manipuladoras y malagradecidas con la vida.
7. Dependientes: Son las que no hacen nada sin que su pareja las acompañe. Dependen en casi todos los ámbitos de su vida de la opinión y aprobación de su macho. Tanto así que asfixian a las parejas y ellos se sienten que tiene una hija. Es como si buscaran a un padre en vez de un esposo o un compañero de vida. Son inseguras e infantiles.
8. Feministas: Las mujeres tildadas de esta manera suelen causar mucho temor en los hombres, generalmente, porque escapan a los modos de ser común entre las mujeres. Se cree que serán parejas que estarán en una constante lucha por sus derechos, incluso se caricaturizan señalando que los hombres quedarán con delantal en la cocina o a cargo de los niños. Está claro que son estereotipos de la realidad, pues cada vez las parejas cada vez comparten de manera más equitativa las distintas responsabilidades domésticas y de los hijos.
9. Histéricas: Todo es un enojo. Una explosión de rabia. Nada ni nadie puede decirles algo por que estallan en extroversión. Tal vez tengan motivos pero solo les interesa su sufrimiento o malestar, lo que provoquen en el otro no es su asunto. Egoístas.
10. Interesadas: Tienden a ser mujeres centradas en el status social o económico por sobre el interés real por el otro y muchas veces no son identificables por el hombre. Se tiende a pensar que esta categoría es propio de mujeres.
11. Mamonas: Esta categoría corresponde a mujeres apegadas a su familia de origen y especial a su madre. Tiende a volverse una dificultad, cuando la pareja pierde sus espacios propios, o cuando se le da mucho espacio de opinión a los padres, limitando las posibilidades de negociación entre la pareja.
12. Manipuladoras: Son las que siempre están transando y a través de artimañas consigue lo que quiere. Manipulan emocionalmente a sus parejas, provocando que ellos terminen aceptando condiciones de la relación que no siempre consienten, pero que aceptan por protegerlas o evitar conflictos. Las relaciones en las cuales la manipulación emocional está presente tienden a volverse rutinarias sin conflictos aparentes, pero oculta un tremendo malestar de ambos integrantes de la pareja.
13. Víctimas: Son las que se sienten morir cuando él hace panoramas que no la incluye, a pesar que el hombre pasa del trabajo a la casa, casa al trabajo. Es la típica que chantajea cuando él quiere salir y ella se siente que la abandonan o no la consideran.
Fuente: http://www.emol.com