Un pequeño de sólo tres años de edad salvó a su mamá que había caído desmayada en medio de un incendio registrado en su humilde vivienda de la localidad bonaerense de Berisso, y gracias a su insistencia la mujer pudo reaccionar y apagar el fuego que se había iniciado en la casa.
Repitiéndole varias veces la frase: “Mami, hacé noni en la cama”, el nene, llamado Agustín, logró que su madre recobrara el conocimiento, después de haber caído inconsciente en el piso, y finalmente toda la familia se salvó. “Si no hubiera sido por él, nos morimos todos quemados”, contó la mujer, Laura Barbona, al recordar los momentos por los que atravesaron dentro de su casa.
Todo sucedió cerca de las 9 en una humilde vivienda ubicada en la calle 77 bis, entre 125 bis y 126, de Berisso.
Dentro de la casa, Laura dormía junto a Agustín, mientras sus otros hijos -un varón y una nena- descansaban en otro dormitorio ubicado pared de por medio.
Después de varios días de lluvia, la mujer había decidido lavar la ropa de su familia y ponerla a secar al lado de una estufa eléctrica, por lo cual cada tanto se despertaba para ir cambiando las prendas de lugar.
“Me había despertado varias veces a la noche para sacar lo que se iba secando, pero en una de esas abrí los ojos y vi un humo impresionante en la habitación; desde los cables de la luz salían chispas. Eso es todo lo que recuerdo porque se ve que del susto perdí la conciencia”, aseguró.
Señas
Después, agregó: “Lo primero que recuerdo es que el nene me sacudía y me decía: ‘Hacé noni en la cama’, cuando vio el fuego me hacía señas para que agarráramos un vaso con agua y lo arrojáramos hacia el techo”.
Recuperada del desmayo y con la mejilla hinchada por el fuerte golpe que se había dado minutos antes, tomó a su hijo en brazos y salió corriendo hacia la cocina para buscar con qué apagar el incipiente incendio, que finalmente pudo controlar con algunas pocas maniobras.
“Hasta el nene tiró el agua que había en unas botellas, me acompañó en todo momento, siempre al lado mío. Yo de la desesperación y al ver que la luz no se cortaba, salí a la calle y arranqué una caja, desde ese momento me sentí un poco más tranquila y pude volver para controlar las chispas que salían de los cables”, recordó la joven madre.
La mujer dijo con respecto a su pequeño hijo: “Está todo el día al lado mío por eso se dio cuenta de lo que estaba pasando y trató de despertarme. Entre otras cosas me decía: ‘Mamá pum’ y señalaba los cables que estaban a los chispazos; parecían fuegos artificiales por las explosiones y colores que se veían”.
Fuente: http://www.elliberal.com.ar