Cuando Kelly Graves, de 28 años, comenzó el trabajo de parto en su casa de Mansfield (Nottinghamshire, Reino Unido), no fue del todo consciente de que la única ayuda que tenía era la de su hijo mayor Joby, de tan sólo 5 años. Pero el pequeño resultó ser un gran partero que no sólo ayudó a su madre a dar la luz, sino que además salvó la vida de su hermanito.
El pequeño Harley Jae nació con el cordón umbilical enrollado en el cuello y sin poder respirar. Entonces, mientras la mamá trataba de que volviera a respirar, Joby desenrollaba el cordón.
Kelly, que ya tiene en casa sano y salvo a su bebé y a su «pequeño superhéroe», como llama a Joby, ha señalado al Daily Mail que si no lo hubiera hecho el niño, «yo hubiera perdido un tiempo valiosísimo».
El pequeño Joby estaba muy ilusionado con la llegada del nuevo hermanito. «El mismo eligió el nombre. Me ayudaba en casa, y cuando me veía estresada, me decía: Tranquilízate, mami, piensa en el bebé».
La primera contracción tuvo lugar el pasado 8 de junio, cuando Kelly se encontraba en casa de su madre. Entonces fue con su padrastro a su propia casa a buscar algunas cosas y de allí iría al hospital.
Llamó al hospital, pero le dijeron que aún había tiempo: las contracciones se producían cada diez minutos. Pero de repente, Kelly rompió bolsa y pidió a su padrastro que fuera a buscar a su madre.
«En pocos minutos vi que estaba sangrando, y me asusté». Joby llamó por teléfono a la abuela, y de pronto, Kelly estaba con su bebé entre sus brazos.
Joby fue corriendo a buscar toallas para arropar al recién nacido. Pero Harley no respiraba; Kelly, de manera instintiva, succionó su nariz y su boca. El bebé empezó a respirar, pero pronto comenzó a ahogarse de nuevo. Tenía el cordón umbilical enrollado en el cuello. Kelly se dio cuenta y pidió ayuda al pequeño, que rápidamente lo desenrolló, y Harley comenzó a respirar de nuevo.
En ese momento, llegaron los padres de la mujer con una ambulancia. El bebé se encontraba en perfecto estado.