El 18 de febrero, Jonathan Ortiz Ávalos llegó a su casa luego de ir a la escuela y mencionó que si tomaba agua se «ahogaba». A la mañana siguiente, no se quiso levantar ni comió, según relató la abuela del menor a la prensa local.
Cuando se acercaba la hora de ir a la escuela, el niño confesó que un compañero mayor que él, apodado «Beto», lo golpeaba y un día antes le había sumergido la cabeza en uno de los excusados del colegio para quitarle su dinero.
Tras esto, los padres de Jonathan lo llevaron a un centro médico para que fuera revisado. Sin embargo -relatan los medios- el médico que lo atendió sólo le diagnosticó una infección estomacal, le recetó antibióticos y lo dio de alta.
Debido a que no quedaron conformes, al siguiente día lo atendió el médico familiar, que ordenó su ingreso inmediato a urgencias para la realización de unos rayos X. Las radiografías mostraron daños en los pulmones del niño, quien fue internado y se pidió su traslado al Seguro Pediátrico del Centro del Seguro Social en Guadalajara. Pero durante su traslado, el pequeño sufrió tres paros cardiorrespiratorios y falleció.
Fuente: http://america.infobae.com