El hecho se produjo el 11 de noviembre en el aeropuerto de Congonhas, San Pablo, cuando un Cessna Citation CJ3 procedente de Florianópolis siguió de largo, abandonó la pista de aterrizaje sin poder frenar, atravesó alambrados de seguridad y finalmente chocó contra un muro para detenerse, milagrosamente, a centímetros de una autopista muy transitada.
En la nave había tres personas. El piloto, Michael Rumpf, resultó seriamente herido, con daños en la cabeza, el tórax y la columna, pero según informaron los especialistas médicos, ya está fuera de peligro. La buena sorpresa fue que los otros dos ocupantes, el copiloto Rafael Ferreira (de 21 años) y Elaine Damaceno Rodrigues Gaail (de 37) sólo tuvieron heridas menores y salieron de la nave caminando en medio del humo que provocó la colisión.
El hermano de Ferreira, Leandro, hizo declaraciones: “No tengo idea de qué pudo haber sucedido, pero sé que la nave está ok. Ahí está, gracias a Dios. Se podría haber prendido fuego, explotado… Algo peor podría haber pasado pero no pasó, y eso es lo importante”, dijo aún afectado por la angustia lógica del momento.
Las causas del accidente aún no han sido determinadas. La Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) de Brasil ha iniciado una investigación que por el momento sólo determinó que el aparato tenía toda la documentación necesaria para hacer viajes en regla. La zona ha sido cubierta con lonas naranjas mientras las partes se remueven cuidadosamente. La ANAC informó que la estación aérea se encuentra operando normalmente.
Fuente: http://america.infobae.com