James «Jamie» Brown, magnate del ladrillo natural de Glasgow, Escocia, se retiró a los 36 años tras haber acumulado una considerable fortuna a través de especulaciones inmobiliarias. Pero en su caso, el dinero no le trajo precisamente la felicidad sino la capacidad de financiar una brutal adicción a la cocaína. Hasta el punto de que su reciente ficha policial muestra …
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