Tras sufrir un ataque cardíaco los miedos y las dudas nos bloquean a la hora de recuperar nuestro ritmo y nuestra actividad vital. La persona que ha pasado por un infarto se pregunta si puede tener la vida sexual que tuvo. Incluso el miedo le hace preguntarse: ¿Puedo morir durante el acto sexual después de haber sufrido un ataque al corazón? Para disipar todas las dudas lo que hay que hacer es hablar con el médico y la pareja.
El doctor Javier Andrés Novales, coordinador de Cardiología de los hospitales vizcaínos de San Eloy en Baracaldo y San Juan de Dios en Santurce, explica que «tras sufrir un infarto de miocardio el paciente cardíaco se replantea todos los quehaceres cotidianos y sus posibles secuelas, entre ellosalgunas preguntas y temores sobre su vida sexual«.
Lo primero es «despojarse de todos los tabúes o de la vergüenza que se pueda experimentar al consultar estos temas con el médico o el psicólogo». Según este especialista, «la ausencia de actividad sexual en la pareja tras un infarto de miocardio puede ser consecuencia del miedo a la muerte durante el coito, aunque en realidad, los casos de fallecimiento durante el acto sexual ocurren en un porcentaje muy bajo».
Un esfuerzo físico moderado
Desde la Fundación Española del Corazón ( FEC) recuerdan que en un estudio de referencia, sobre 5.559 casos de muerte repentina por causas no traumáticas, solo 34 de ellos se produjeron durante el coito por un fallo cardiaco.
Según este estudio publicado en Japón, en 27 de esas 34 relaciones, la persona fallecida estaba realizando el acto sexual con una pareja distinta de la habitual. Indudablemente, factores externos influyeron de forma significativa en el desenlace según los expertos, como podrían ser nerviosismo, mayor excitación, sentimientos de culpa, necesidad de quedar bien, etc.
Para el doctor Novales, «los miedos y ansiedades que surgen con más frecuencia respecto a la vida sexual se refieren al esfuerzo físico que requiere esta actividad, ya que el paciente suele tener miedo a que el coito suponga un riesgo importante para su corazón».
Durante el acto sexual «los gastos energéticos son similares a los que genera subir dos pisos de escaleras, la frecuencia cardiaca es inferior a la que se produce durante otras actividades normales de la vida cotidiana, y el esfuerzo físico que se requiere podría calificarse de moderado, lo que en principio no traería ninguna complicación», indica el doctor Novales.
El especialista recomienda reanudar las relaciones sexuales «tras un entrenamiento físico y psicológico adecuado y progresivo, gracias al cual se aprende a detectar cuáles son las respuestas físicas del cuerpo después de un esfuerzo. En líneas generales, pueden reanudarse a las dos semanas del alta hospitalaria, consultando siempre con el médico».
«Si un paciente es capaz de subir dos pisos de escaleras sin tener dolor en el pecho o fatiga excesiva, es capaz, desde el punto de vista físico, de mantener relaciones sexuales plenas», añade.
Otras cuestiones susceptibles de ser tratadas por un psicólogo, según Novales, son los síntomas de depresión que podrían provocar los estados de impotencia y de frigidez, motivados por el tratamiento farmacológico, o la descompensación psicológica provocada por la enfermedad cardiaca.
Normalmente, después de un infarto, un by-pass o una angioplastia, el médico somete al paciente a un test de esfuerzo, vulgarmente conocido como ‘la cinta’. Si la persona puede caminar y subir la pendiente durante más de seis minutos, también está capacitada para volver a practicar sexo sin problemas, «ya que las necesidades del corazón durante el coito son menores al esfuerzo realizado en esta prueba», según el doctor Novales.
El sexo es muy sano
Mantener relaciones sexuales no solo no supone un mayor riesgo para la salud en los pacientes que han sufrido cardiopatías o que padecen una enfermedad cardiovascular, siempre que su estado sea estable, sino que además es recomendable porque su carencia acarrea consecuencias negativas ya que suele relacionarse con la ansiedad y la depresión, según expertos de la American Heart Association-AHA (Sociedad Americana del Corazón).
Según el doctor Glenn Levine, investigador del Baylor College of Medicine de Houston (EE UU) y miembro de la AHA, «la actividad sexual aporta una mayor calidad de vida a personas que sufren alguna enfermedad cardiovascular y también a sus parejas».
El ejercicio físico regular y la rehabilitación pueden reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares en quien ha sufrido un ataque al corazón o insuficiencia cardíaca, añade la AHA.
Fuente: http://www.20minutos.es/