Las formas de escape de algunos delincuentes que atrapan con “las manos en la masa” muchas veces quedan en el recuerdo por su violencia o espectacularidad. Pero este caso se inscribe dentro de lo más insólito de las páginas policiales. Un joven que robaba un comercio rosarino fue detenido cuando la Policía lo descubrió, parado, inmóvil y escondido dentro del local, al simular ser un maniquí.
El ladrón, de 26 años, fue atrapado cuando asaltaba una óptica de la calle Caferatta, de la ciudad de Rosario. Había ingresado allí luego de romper una reja y un vidrio, lo que provocó que la alarma instalada en el edificio alertara a los oficiales más cercanos.
Al arribar y luego de revisar cada sector, los policías descubrieron que una silueta, que se parecía a una figura humana, estaba tiesa en el lugar. Entonces se acercaron, le iluminaron el rostro con una linterna y comprobaron que era una persona.
“El ladrón creía que con su actuación teatral podía convencernos”, sostuvo el comisario Guillermo Morgan.
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