«No es deseable que sólo cuando ocurren casos como éste u otros se levanten diferentes voces en pro o en contra de una determinada postura, y luego de unos días todo pase al olvido hasta el próximo caso desafortunado», sostuvo el Dr. Hernán Muñoz, Presidente de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología (SOCHOG).
El facultativo añadió que «Como sociedad científica pensamos que es oportuno promover una discusión seria del tema, donde SOCHOG – que tiene un rol eminentemente científico – sea un aporte relevante en cuanto a la asesoría técnica que es clave a la hora de tomar decisiones por parte de las autoridades de salud, del poder judicial y legislativo».
Aspectos médicos
Las adolescentes en estado de gravidez corresponden a un 15% de los embarazos que se producen en la población de mujeres chilenas en edad fértil. Los embarazos en menores de 15 años, corresponden a casos extremadamente infrecuentes y representan alrededor de un 0,4% del total de embarazos adolescentes.
En cuanto a la viabilidad de un embarazo de una niña menor de 15 años y el impacto que tiene en la salud de la madre y del hijo que lleva consigo, el doctor Muñoz explicó que – si bien desde que llega la menarquia (primer regla) una mujer puede quedar embarazada – en menores de 15 años el aparato ginecológico y endocrino aún está inmaduro. «Por lo tanto las pacientes de este grupo etáreo están expuestas a una serie de patologías que concentran mayor morbilidad y mortalidad, en comparación al resto de las mujeres en edad fértil», detalló el Presidente de SOCHOG.
Una de las enfermedades más importantes a las cuales se ve expuesta una paciente de esta edad, es la preeclampsia (síndrome hipertensivo del embarazo). «De hecho la principal causa de muerte en madres menores de 15 años, son los síndromes hipertensivos en general», indicó el Dr. Muñoz.
Factor social y aspecto psicológico
Un dato relevante es que la mayoría de estos casos se concentran en poblaciones de menor acceso económico, por lo tanto existe un factor de desnutrición que también juega un rol importante y que – sumado a los factores mencionados anteriormente – agrava el pronóstico del embarazo.
Además de los aspectos netamente físicos, se sabe además que en estos casos existen alteraciones de vinculación muy grande de la mamá hacia el bebé. «En primer lugar porque se trata de una madre que también es niña y, en segundo lugar, porque en la mayoría de los casos se trata de embarazos que son producto de una violación», señaló el Dr. Hernán Muñoz.
En ese sentido – agregó – es importante también enfatizar el problema de fondo más complejo: las condiciones de vulnerabilidad de muchos niños. Considerar y poner en el tapete el tema del abuso sexual infantil. «Los especialistas en ginecología infantil viven a diario con esta realidad. De allí la importancia de analizar el tema del abuso y proteger a estos niños desde el ámbito social y legal para que estos casos no se produzcan. Los médicos, quienes vemos a las personas concretas con sus problemas, estamos en una situación de privilegio para conocerlas y proponer respuestas más integrales».
Parto inducido v/s aborto
Según las Guías Clínicas de Parto Prematuro del MINSAL – donde SOCHOG tuvo una activa participación a través de un comité de expertos – si en Chile se interrumpe un embarazo después de las 22 semanas se considera «parto inducido» y no aborto. Esto porque en concordancia con lo que postula la Organización Mundial de la Salud (OMS), un feto es viable sólo a partir de la semana 22. Es decir, a esa edad gestacional puede sobrevivir fuera del útero de la madre.
Fuente: http://www.revistamujeres.cl/