Es ante el incremento de casos registrados en el país. A través de la vacunación a las mujeres embarazadas, se protege a los lactantes, el grupo más vulnerable. En el caso de los niños y adolescentes, aseguran que es fundamental que tengan el Calendario de Vacunación al día
Debido al incremento de casos de coqueluche registrados desde 2011 hasta la fecha, el Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Juan Manzur, pide a la población extremar las medidas preventivas y recuerda que deben recibir la vacuna todas las mujeres embarazadas –desde la semana 20 de gestación– y, en el caso de los niños, tener completos los esquemas de vacunación.
“La tos convulsa -conocida también como tos ferina o coqueluche-, es una enfermedad respiratoria aguda muy contagiosa y una de las principales causas de morbimortalidad en la niñez”, advirtió Carla Vizzotti, jefa del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (ProNaCEI) de la cartera sanitaria nacional, a la vez que destacó que “debido a que ni la infección natural ni la vacuna generan defensas de por vida, resulta necesario que haya varios refuerzos en el esquema de vacunación y lograr elevadas coberturas de vacunación para interrumpir la circulación de la bacteria”.
A lo largo de 2011 los casos notificados estuvieron por encima de lo esperado, panorama que también se observó en países de la región, como los Estados Unidos, Cuba, Chile y Uruguay que, al igual que la Argentina, en el mismo período tuvieron brotes de la enfermedad.
Puntualmente, durante 2011 el Sistema de Vigilancia Laboratorial (SIVILA) del Ministerio de Salud de la Nación reportó un total de 1.594 casos confirmados y 70 fallecidos menores de un año, siendo los menores de 4 meses el 91% del total de fallecidos notificados.
En tanto en 2012, los datos registrados en el SIVILA hasta la semana epidemiológica 16 (del 16 al 22 de abril), arrojan un total de 2.207 notificaciones de casos compatible con tos convulsa, de los cuales 568 resultaron positivos para la bacteria Bordetella pertussis. Datos que, según Vizzotti, “indican un nivel de casos sospechosos que confirma que aún nos encontramos en zona de brote, como sucedió en 2011”, detalló la funcionaria.
En consonancia con este resurgimiento de patologías asociadas a la bacteria Bordetella pertussis, informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportaron que actualmente se producen 50 millones de casos de esta patología en el mundo y 350.000 personas mueren por año.
Al referirse al modo de contagio, la funcionaria explicó que “esta infección, generalmente se introduce en el núcleo familiar a través de alguno de los hijos mayores o los padres, durante el período catarral”, y señaló que “si bien en los adultos y adolescentes el coqueluche no suele producir problemas graves, estos grupos son la fuente de contagio de los niños menores de 1 año, quienes tienen una alta probabilidad de desarrollar complicaciones severas e inclusive la muerte”.
En cuanto a las herramientas de prevención, la forma de proteger a los niños menores de 6 meses es a través de la vacunación de la mujer embarazada a partir de la semana 20 de gestación. A tal efecto, el Ministerio de Salud de la Nación, junto a las sociedades científicas que integran la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CONAIN), recomendó a comienzos de este año una estrategia complementaria de vacunación para cuidar a este grupo de riesgo, a través de la adquisición y envío de vacunas a todas las provincias con el objetivo de vacunar 750.000 embarazadas durante 2012. “Con esta medida estamos cuidando a los lactantes, desde su nacimiento y hasta el momento de adquirir la inmunidad a través de la vacunación”, subrayó.
La recomendación de vacunar con triple bacteriana acelular a embarazadas a partir de la vigésima semana de gestación o, en el caso de que no se hayan vacunado en ese período, después del parto, se fundamenta en que del total de lactantes fallecidos, el 92% no había recibido ninguna dosis de vacuna, ya que no le correspondía por su edad o perdieron la oportunidad de vacunarse a los dos meses.
Con respecto a los niños, el Calendario Nacional de Vacunación de Argentina –“uno de los más completos del mundo”, destacó Vizzotti– incluye cuatro vacunas que dan inmunidad contra la tos convulsa: la pentavalente, que se aplica a los 2, 4 y 6 meses; la cuádruple, a los 18 meses; la triple bacteriana celular, al ingreso escolar); y la triple bacteriana acelular, a los 11 años, para el personal de salud que atiende a niños menores de un año y a los convivientes de niños prematuros de menos de 1.500g de peso.
“Pedimos, además, que los equipos de salud mejoren y controlen las coberturas de vacunación del Calendario Nacional, y aumenten la sensibilización de la sospecha clínica, notificación y bloqueo oportuno ante la detección de signos y síntomas compatibles con la enfermedad”, remarcó la titular del ProNaCEI.
Tos convulsa o coqueluche
Esta enfermedad se contagia a través del contacto directo con las secreciones de las mucosas de las vías respiratorias de las personas infectadas y tiene una incubación de 7 a 10 días.
Los síntomas que presenta en su fase inicial son catarro con fiebre escasa o ausente, rinitis, estornudos y accesos de tos. En su evolución se observa accesos repetidos y violentos de tos que duran entre 1 a 6 semanas, con un sonido respiratorio anormal conocido como estridor inspiratorio, y la expulsión de mucosidades claras y adherentes.
En los lactantes los síntomas incluyen dificultad para la alimentación, aumento de la frecuencia respiratoria y tos; mientras que en adolescentes y adultos, los síntomas se caracterizan por tos seca intratable y de larga duración.
Aunque ésta es una enfermedad prevenible a través de la vacunación, las coberturas por debajo de los niveles óptimos, la pérdida natural de anticuerpos posvacunación y la falta de inmunidad duradera luego de la infección natural son factores que colaboran a su propagación.
La neumonía es la causa de la mayoría de las muertes por coqueluche, así como complicaciones menos frecuentes como convulsiones, encefalopatías, sobreinfecciones bacterianas y afecciones asociadas a los efectos de presión por la tos paroxística severa.
Fuente: www.infobae.com