Mujer trabajadora, esposa, madre, hija, hermana… Eres una mujer con una exigencia energética permanente, y por eso, cuando debes bajar de peso, rara vez consultas alguna fuente autorizada. Simplemente, procedes a adoptar aquellas costumbres y rutinas que ya sabe que funcionan. O al menos eso te parece.
Pues bien, hoy en día, estudios médicos desmienten algunas de las verdades más afianzadas en términos de nutrición. En esta nota, echamos por tierra algunos mitos para reducir tu talla y recuperar energía. Y por supuesto, para bajar libras o kilos que no vuelvan rápidamente a su lugar con el primer trozo de pastel de cumpleaños.
Detrás de las etiquetas “low fat”
Aquellos alimentos cuyos envases sentencian “low fat”, o bajos en grasa, no siempre son lo que parecen. Según los especialistas, para compensar esta falta de grasas, lo más frecuente es que deban agregar azúcares sumamente tóxicos para tu metabolismo. Nuevamente, las calorías pueden ser pocas, y así llamen tu atención a la hora de elegir un producto por sobre otro, pero ello no compensará el daño que realizan a tu nutrición y la de tu familia.
En este sentido, si reparas en la cantidad de grasas que figuran en la etiqueta nutricional, probablemente entiendas por qué no serán la mejor alternativa.
El huevo ¿ya no es el villano?
La yema del huevo no tiene por qué estar exenta de tu dieta. Según un estudio realizado en la Universidad de Surrey, Reino Unido, las personas que ingirieron dos huevos al día por 12 semanas, mantuvieron el mismo nivel de peso y colesterol que quienes no lo hicieron. Además, el huevo es fuente de proteína, calcio y hierro. Así que: regresa al desayuno con huevo revuelto.
¿Solo proteínas?
La dieta del Dr. Robert Atkins es considerada por muchos pacientes como la panacea. Consiste en consumir grandes cantidades de proteínas y reducidas dosis de carbohidratos y, si bien es cierto que permite quemar calorías rápidamente y limita la sensación de hambre, algunos expertos señalan que puede llegar a ser tóxico. Esto se debe a que son tantas toxinas (provenientes de las proteínas), que debe eliminar el organismo, que no da abasto. Por eso, no sería conveniente sostenerla a lo largo del tiempo.
Una copita para brindar
Un estudio comparativo realizado por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, demostró que las mujeres que bebieron alcohol moderadamente redujeron más su peso. Esto se debe a que dicha sustancia estimula a las enzimas, y logra que se absorba una menor cantidad de alimento. Eso sí: hacerlo con moderación.
Un pedacito no basta
Una regla muy conocida sentencia que podemos comer un permitido de aquello que nos desvela, pero hacerlo con moderación. Sin embargo, el Dr. Stephen Gullo, autor de “The Thin Commandmets” se ha ocupado de explicar que quienes ingieren esa “pequeña porción”, luego se sienten tentados con algún otro alimento, aproximadamente 25 minutos después. El especialista recomienda identificar esos alimentos con claridad, y en lo posible eliminarlos de la dieta.
Nueva vida al snack
El Diario Británico de Nutrición, publicó un estudio canadiense que no encontró diferencia de peso entre las mujeres que consumían snacks durante el día y aquellas que no. Según estos resultados, ahora podrías hacerlo sin culpas. Eso sí, procura llevar un control de la cantidad que ingieres y prioriza los de mayor calidad.
Ensalada ¿todos los días?
Es cierto que las ensaladas son grandes aliadas en las dietas, pero no te dejes engañar. Si las consumes todos los días, lo más probable es que un día a la semana te dejes tentar por un postre tan calórico como un pastel de crema y chocolate; o que optes por la pizza rebosante de grasa. Comer vegetales está bien, pero puedes hacerlo en un sándwich, cuyos hidratos te saciarán más. También puedes sumar a tu ensalada arroz, queso, y hasta croutons. En la variedad está la riqueza.
Recuerda que antes de realizar cambios en tu alimentación, debes consultar con tu médico clínico o un nutricionista certificado.
Fuente: http://ar.mujer.yahoo.com