Las experiencias extracorporales han sido uno de los temas abordados por el esoterismo y por algunas religiones como una vivencia mística, en la que el espíritu o el alma se separa del cuerpo para acceder a otros planos de la realidad. Los denominados viajes astrales son una de las formas más cercanas que puede experimentar cualquier ser humano mediante determinadas técnicas. Sin embargo, un equipo de científicos acaba de hacer público los resultados de una investigación que echa por tierra esta posibilidad y afirma que los ‘viajes del alma’ pueden ser inducidos en el laboratorio.
La mayor parte de las personas han tenido si no una experiencia como tal, sí una aproximación de lo que significa el desdoblamiento del cuerpo o lo que los más creyentes llaman la separación cuerpo-alma. Quién no se ha despertado alguna vez sobresaltado por una sacudida, como si hubiéramos caído desde alguna altura a la cama donde hasta ese momento permanecíamos dormidos. O quién no ha recibido en un sueño una premonición que deja en nosotros una profunda huella. Estas parecen ser las manifestaciones de ese otro cuerpo que nos anima y nos ha dotado de conciencia. La cuestión es, quizá, saber escuchar el lenguaje del alma.
UN VIAJE SIN LÍMITES.
Las religiones más antiguas nos hablan de la existencia de un cuerpo etéreo que convive con nosotros hasta el momento de nuestra muerte, cuando por fin se libera de la pesada carga de tener que soportar a un ser lleno de vicios y apegos a las cosas terrenales. Esta liberación es celebrada por algunos como una fiesta y por otros como el paso a un infierno mayor que el que ya padecemos en esta vida, como si éste fuera pequeño.
Además de la experiencia de la separación del espíritu en el momento de la muerte, relatada por muchos de los que han podido volver a la vida, existe otro aspecto de esta dualidad del que se habla menos, aunque no por ello es menos pretérito su origen, se trata del desdoblamiento de estos dos cuerpos en vida. Son esos sueños de características especiales, donde el durmiente es consciente con una claridad prístina de una experiencia que difícilmente podrá olvidar. Estas proyecciones astrales pueden ser inducidas mediante técnicas específicas para ello o bien pueden ser experimentadas espontáneamente.
Aquellas personas que se atreven a contarlo, dada la suspicacia que generalmente se genera al hablar de ello, coinciden en haber experimentado una serie de características comunes. Cuando entramos en una proyección astral experimentamos cómo nuestro cuerpo, súbitamente sin peso, se eleva sobre el lecho en donde lo habíamos dejado reposar y podemos ver desde más arriba precisamente ese otro cuerpo que descansa dormido. Entonces comienza el viaje que nos llevará mediante un plácido vuelo allí hasta donde nuestra alma quiera acercarse.
A veces, el objetivo de este viaje parece ser el de recibir un aviso o premonición sobre un asunto que nos concierne, otras es, simplemente, la constatación de que además de un cuerpo físico existe otro tipo de estado que desconoce los límites espacio temporales a los que estamos sujetos en esta vida.
UNA EXPLICACIÓN CIENTÍFICA.
Sin embargo, un reciente estudio científico parece querer demostrar que estas proyecciones astrales o desdoblamientos del alma, tienen una explicación biológica.
Un equipo científico indujo experiencias «fuera del cuerpo» en personas sanas mediante gafas de realidad virtual que confundieron las señales enviadas al cerebro, según un artículo que publica la revista «Science».
Según la revista, cerca de una de cada diez personas alega haber tenido una experiencia extracorporal en algún momento de sus vidas. En la literatura esotérica se hacen referencias a estas experiencias llamándolas «proyección astral», y en años recientes diversos experimentos han mostrado que pueden inducirse mediante el estímulo de ciertas áreas del cerebro.
H. Henrik Ehrsson, del Departamento de Neurociencias Clínicas del Instituto Karolinska, en Estocolomo (Suecia), afirmó en el artículo de la revista «Science» que «esta experiencia ilusoria puede inducirse en participantes sanos».
Se trata, según Ehrsson, «de una ilusión perceptiva en la cual los individuos experimentan que su centro de conciencia, o su ‘yo’ está situado afuera de sus cuerpos físicos, y que miran a sus cuerpos desde la perspectiva de otra persona».
«Esta ilusión demuestra que el sentido de ‘ser’ localizado dentro del cuerpo físico puede estar determinado plenamente por procesos perceptivos, esto es por la perspectiva visual junto con el estímulo multisensorial del cuerpo», agregó.
Para sus experimentos, Ehrsson, y colegas del Centro Wellcome Trust de Neuroimaen en el Instituto de Neurología de Londres, emplearon videocámaras y gafas de realidad virtual para mostrar a una docena de voluntarios imágenes de sus propios cuerpos, desde la perspectiva de alguien sentado detrás de ellos y con una visión estereoscópica.
Un científico se mantuvo parado al lado del participante y dentro de su campo visual, y utilizó dos varas de plástico para tocar simultáneamente el pecho real de la persona y el pecho del «cuerpo ilusorio», moviendo la segunda vara al sitio donde éste último se colocaría, justo debajo de la visión de las cámaras.
De esta forma, se creó, por primera vez en un laboratorio, la ilusión de que los voluntarios podían sentir sus cuerpos virtuales. «Después de dos minutos de estímulo, se pidió a los participantes que completaran un cuestionario en el cual tenían que afirmar o negar 10 posibles efectos perceptivos», explicó Ehrsson.
Durante los experimentos, los voluntarios no sólo percibieron que se veían a sí mismos desde afuera de sus cuerpos, sino que sintieron que su cuerpo real era tocado
Ehrsson y su equipo de investigadores destacaron la importancia de este tipo de estudios, que intentan explicar la naturaleza de las experiencias extracorporales, que hasta ahora han eludido una explicación científica.
Sin embargo, estos experimentos contradicen una de las características que los defensores de la existencia del desdoblamiento cuerpo-espíritu aseguran que existe, y es que, precisamente, estos estados obtenidos a través de la proyección astral o la de aquellos que han vuelto a la vida tras acercarse al umbral de la muerte, procuran a quien los experimenta una sensación de gran felicidad.
Fuente: EFE