Aún en temporada de relax, qué nos ponemos y cómo puede dejarnos mal parados. Acá, diez claves para evitar papelones, resolver tus looks y aprovechar las noches veraniegas.
1. No al “underdress”. ¿A quién no le pasó? Llegar a una fiesta en bermudas y ver que un mar de casi-trajeados copa en mano te miraba sorprendido. Si hablamos de salidas de noche, “más es más”. Aún cuando sea verano, te inviten a salir y te mandes directo, averiguá qué tipo de ambiente vas a encontrar. No sea cosa que todos estén vestidos “casual pero más pensado” que vos.
2. Sí al sweater de cashmere. Si vas a hacer un after fiesta, amigo: elegí tu abrigo con cuidado ¡y no te olvides de sumar color! Nada de cárdigans con dibujitos… Pasadas las 12, aplica un modelo con cuello redondo que deje entrever el cuello de una camisa casual o bien uno en v combinado con remera lisa. Fucsias, turquesas y naranjas para los más atrevidos. ¿A lo seguro? Azul, gris o rosa viejo.
3. No a las gafas nocturnas. A no ser que seas uno de los chicos de Calle 13 o te las des de gran galán (sin éxito), evitalas. Pasadas las 10 pm sólo se admiten unas mínimas excepciones –exclusivamente Ray Ban (Wayfarer o Aviador)- pero no te ilusiones, se trata de casos de una aguja en un pajar, y es más que posible que tus lentes se leean como una resaca mal resuelta.
4. Sí a los sobres. ¿A quién engañás? Atrás quedaron los tiempos del guardarropas o del “Dejá, lo dejo en el baúl del auto”. Liberate de ese bolso porta-sandalias, pareo, gafas y sombrero donde corresponde: en casa. ¿De noche? Los bolsos grandes dicen adiós. Llaves, mini billetera, documentos y celular, nada que una mujer que se precie no pueda aprisionar en un lindo sobre de color.
5. No a los vestidos en pico. Tuvieron su temporada de furor pero no por eso debés seguir sacándolos a la calle. Su tiempo pasó y ese simple detalle tira abajo tu look: da barato y, confesémoslo, quedó atrás. Descartá los vestidos en pico de tu guardarropas de verano, tus amigas te lo agradecerán.
6. Sí a destacar tus sectores sexies… con delicadeza. Nada de vestidos tipo monja ni atuendos aburridos y tapados hasta el cuello. Resaltá sutilmente lo mejor de tu look con accesorios y prendas que te favorezcan: ¿escote? (discreto pero en V), ¿cuello? (una gargantilla), ¿tobillos? (sandalias romanas), ¿espalda? (los vestidos con espalda al descubierto son un “must”). Porque de noche, esos detalles se valoran mejor.
7. Sí a los tacos altos. No hay nada que hacer, insufribles o no, te hacen caminar y verte diferente. Te suman seguridad y un andar más sexy. Eso sí: chica precavida vale por dos. Ojo con los decks veraniegos o los paseos espontáneos por la playa. Si sospechás que vas a dar con uno, elegí plataformas enteras o un taco más ancho, para no quedar atrapada cual Cenicienta.
8. No al poliéster. Más que nunca, empezá a leer las etiquetas de la ropa y dejá esta textura atrás. Te genera calor, molesta y –por sobre todo- te puede hacer ver realmente mal bajo las luces artificiales de la noche. No tientes a la suerte ni te pases la noche esquivando velas, puchos y antorchas por miedo a arder en la hoguera de lo anti-fashion.
9. Sí a los brillos. Este es su momento del día, ¿Por qué no aprovecharlos? Canutillos, cristales, bordados con detalles metalizados salen a la pista como pocas veces este verano. Si de día todo se trata de encaje, de noche los brillos se adueñan de todo: para darle un toque de actualidad a tu mini vestido, blusa o túnica. Atrevete y sumale un “bling bling” a tu outfit.
10. No al porta-celular en el cinturón. Un no-no que deberíamos ampliar al horario diurno pero somos flexibles por urgencias laborales (para darle una excusa) pero… ¡¿de noche?! Casi al mismo nivel que la marca de un auto o el modelo de un celular, su funda -o manera de llevarlo- delata mucho de la personalidad. Si estás esperando un llamado, un chat o querés estar comunicado vía las redes sociales, hacete un favor: funda de cuero, bolsillo trasero y, ¡a disfrutar!
Fuente: http://therealtrends.com