Todas las investigaciones dan cuenta que en una pareja lo que es realmente importante es la calidad de las relaciones sexuales. En realidad la frecuencia es algo por lo que se muestran más preocupados los hombres que las mujeres. Además, no podemos hablar de una «normalidad» en cuanto a frecuencia sexual, en primer lugar porque el término normal remite a un concepto estadístico y por otro lado es cada pareja y cada persona la que determinara su frecuencia sexual.
La regularidad con la que una pareja haga el amor dependerá de lo que ambos sientan o quieran y también de lo que crean que es suficiente y satisfactorio para ellos. Otro aspecto que también influye en la frecuencia de las relaciones es la cultura en la que el individuo y, la pareja se haya criado y desarrollado. Numerosos estudios y encuestas así lo demuestran. Por ejemplo, en Francia el promedio de relaciones sexuales entre parejas mayores de 25 años es de una vez por semana, mientras que en Japón es de dos a tres veces.
Tampoco hay que creer el mito de que cuantas más relaciones sexuales se tengan, la pareja se quiere o se necesita más. Simplemente es una cuestión de maneras de pensar que no se relaciona en lo absoluto con el amor que haya entre dos personas. Más bien, en muchos casos, la relación llega a un punto que trasciende lo físico y muchos se llegan a complementar más en otros ámbitos. Así, hay parejas disfrutan más de largas conversaciones durante la noche, de ver una buena película, de idas a conciertos, cines o teatros o de otras actividades que llegan a llenarlos tanto o más que una relación sexual.
Pero hay algo cierto que puede hacer que una pareja disminuya la frecuencia de sus relaciones y es el caer en la monotonía, haciendo que en vez de que una relación sea divertida y apasionada, se llegue a convertir en algo tedioso. Para esto la solución es usar al máximo la imaginación en cada encuentro con tu pareja.
Adoptar diferentes posturas, hacer el amor en lugares diferentes de los habituales (en la cocina, la bañera, en un pasillo de la casa); ir a un hotel: usar algún juguete sexual. Pero lo que una pareja haga y la regularidad con que lo haga, depende de sus integrantes, no de la sociedad ni de las demás parejas. Es algo que ustedes deben decidir y aprovechar, siempre dándose a entender y siendo sincero el uno con el otro.
La edad es algo que lógicamente llega a influenciar en algún momento. Pero lo que une a las personas no es la edad, sino la necesidad que haya entre ellos. Creo finalmente que hay que desterrar mitos y conversar sobre lo que cada uno desea y no desea realizar con el otro. En realidad la frecuencia con la que una pareja tenga relaciones es una decisión que sólo sus integrantes deben tomar.
Fuente: http://www.minutouno.com.ar