Descubierta hace apenas medio siglo por los químicos suecos Arvid Carlsson y Nils-Åke Hillarp, la dopamina no sólo ha resultado ser el neurotransmisor responsable de las sensaciones placenteras. También está involucrada en la coordinación de los movimientos musculares, en la toma de decisiones y en la regulación del aprendizaje y la memoria. Sin ella no sentiríamos curiosidad ni motivación.
Personalidad. ¿Te consideras tímido? ¿Extrovertido? ¿Inseguro? ¿Valiente? De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Clínica Universitaria Charité de Berlín y publicado en Nature Neuroscience en 2008, la cantidad de dopamina que contiene la amígdala cerebral de una persona podría definir si es tranquila y confiada en sí misma (baja concentración) o si es miedosa y con tendencia a sufrir estrés (alta concentración).
Sobrepeso. No a todos nos produce el mismo placer saborear un pastel de chocolate. Las personas obesas tienen menos receptores de dopamina en su cerebro y, por lo tanto, necesitan comer más cantidad para compensar ese déficit y sentir la misma satisfacción que el común de los mortales, según se desprende de un estudio publicado hace poco en la revista Science.
Pasión por el riesgo. Que en la adolescencia se corren más riesgos que en otras etapas de la vida es un hecho. Lo que no sabíamos hasta hace poco era que este comportamiento se puede atribuir a un aumento de la cantidad de dopamina en ciertas zonas del cerebro de los adolescentes que les hace equivocarse en sus expectativas y predecir resultados excesivamente “positivos” de sus acciones.
Cuestión de estatus. Usando técnicas de neuroimagen, los científicos han demostrado que cuanto más alto es el estatus social de una persona mayor es el número de receptores D2 de dopamina que hay en su cerebro y, por lo tanto, más motivada y satisfecha se siente.
Creatividad. Según un artículo publicado recientemente en PLoS ONE, las personas muy creativas tienen menos densidad de receptores D2 de dopamina en el tálamo, una zona del cerebro encargada de filtrar los estímulos que llegan a la corteza cerebral. Esto impide que se filtren algunas señales y aumenta el flujo de información hacia el cerebro, lo que permitiría establecer conexiones entre conceptos que a otros se les escapan.
Memoria. La dopamina también controla la duración de la memoria, es decir, si una información se conserva durante sólo 10 o 12 horas en el cerebro y desaparece, o si perdura por más tiempo. “Si creemos que lo que aprendemos es importante, la dopamina activa al hipocampo para que se archive”, explica Jorge Medina, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y coautor del descubrimiento. “Si por el contrario lo que aprendemos no nos satisface, el recuerdo se diluye”.
Fuente: http://www.muyinteresante.es