Métodos y ejercicios prácticos que lo ayudarán a superar adicciones, luchar contra el insomnio y cumplir deseos
La fuerza de la mente puede convertirse en un estímulo o en un obstáculo. le proponemos dos métodos conocidos que lo conectarán con su yo interior en pos de lograr lo que se propone.
A veces, no basta con decidir o pensar sobre una cuestión para que toda la energía mental se oriente en ese sentido; las cosas suelen ser más complicadas. Ejemplos sobran: Alquien quiere bajar de peso, sabe cómo debe ser su dieta, pero le falta la voluntad para seguirla; o bien, le resulta vital dormir un poco mejor y conciliar el sueño con mayor facilidad, pero aún así no puede relajarse. Y lo mismo sucede en otros ámbitos, como los del trabajo, la familia o el amor. Con todas las variaciones posibles, es muy probable que usted haya vivido o esté pasando por alguna de estas situaciones.
En esos momentos, habrá sentido que con su determinación no alcanza. Que le falta algo más: una fuerza o energía que no sabe cómo elaborar, pero que, sin embargo, siente que está presente. En este Especial hallará la respuesta: se trata de las técnicas de sugestión y autohipnosis. Ambas sirven para que usted pueda usar la energía consciente e inconsciente con el fin de programar su mente y adquirir la voluntad necesaria para cumplir sus objetivos.
PARTE 1: SUGESTIÓN
¿Qué es la sugestión?
Es un estado psíquico al que se llega con intensa relajación y concentración, en el que se usan la repetición e inducción de ideas, a fin de modificar una conducta indeseada. Por ejemplo, “No voy a poder dormir tampoco esta noche” debería ser reemplazada, en un ejercicio de sugestión, por: “Esta noche podré relajarme y dormiré lo mejor que pueda”.
Clases de sugestión
La sugestión puede ser de tres clases:
- Directa: una persona sugestiona a otra, a quien enuncia esas nuevas ideas.
- Indirecta: la misma persona es la que “se dice a sí misma” esos pensamientos de reemplazo.
- Hipnótica: esos conceptos o ideas son emitidos a la persona a través de un procedimiento de hipnosis.
Tipos de sugestión
Si bien la hipnosis es una técnica para lograr la sugestión, existen otros métodos más sencillos y comunes:
- Sugestión verbal: se trata de repetirse la nueva idea que reemplazará el pensamiento negativo.
- Sugestión curativa: además de la repetición verbal, se incorporan estímulos agradables: música o imágenes, que quedarán asociadas al nuevo pensamiento.
- Sugestión con aromaterapia: se hace utilizando esencias o fragancias que ayudan a la relajación, concentración y el bienestar perseguido.
Ejercicio de sugestión: para conciliar el sueño
Visualice un lugar apacible y cómodo donde podría descansar: Su cama, el pasto, un sillón confortable o la playa. Si así lo desea, imagínese en su habitación para que su descripción sea más cercana a su realidad cotidiana.
Usted se está preparando para ir a dormir. Repase todos sus rituales: lavarse los dientes, cambiarse la ropa, apagar las luces, etc. Vivencie sus movimientos, desde que entra en la habitación, hasta que se acuesta en la cama. Imagine cómo todo su cuerpo se relaja, las sábanas están suaves, la temperatura es óptima y no hay ruidos molestos. Su cabeza reposa muy cómoda sobre la almohada, sus pies se van aflojando y su espalda, por fin, encontró un lugar adecuado para descansar.
Siente cómo va abandonando la vigilia y se sumerge en un profundo sueño. Varias horas de descanso completo, en los que puede estirar su cuerpo, respira de manera acompasada y no hay sobresaltos. Visualice cómo pasa la noche y llega el momento de levantarse.
Experimenta una notable energía, que hace tiempo no sentía. Su cuerpo está relajado, sin dolores ni molestias. No tiene sueño y está listo para empezar las tareas del día. Se siente bien, ya que su descanso ha sido reparador. Al levantarse, si está en compañía, prepara el desayuno y conversa amigablemente. Si está solo, mientras hace ese desayuno, pone música de su agrado o escucha un programa de radio que le parezca ameno para iniciar el día.
PARTE 2: AUTOHIPNOSIS
¿Qué es la autohipnosis?
La hipnosis es una forma de sugestión, sólo que más profunda y más compleja técnicamente, por lo que es necesario que la practique un médico o terapeuta especializado.
También existe la “autohipnosis”, una técnica de conocimiento interior y de superación de obstáculos diversos. Como técnica, su rasgo especial es que permite entablar un diálogo interior —al que se llega con mucho entrenamiento— y, durante esta conversación, es posible fijar metas, cambiar conductas, tomar decisiones y evaluar situaciones.
¿Cómo funciona?
Dado que requiere de un estado de concentración profunda, la autohipnosis permite que el subconsciente se encuentre disponible para captar conceptos y pensamientos que servirán de cara a la transformación pretendida. Durante la práctica, se ingresa en un estado de trance, que combina percepción y relajación corporal. De ahí la importancia de emitir sólo ideas positivas y constructivas, que ayuden a modificar conductas. La autohipnosis puede ejercitarse en combinación con otras prácticas, como yoga y técnicas de respiración.
Ejercicio de hipnosis: controlar la “adicción” a la comida, el alcohol o el tabaco
Resuma su meta con relación a este problema, formulando una frase concisa y clara: “Quiero fumar X cigarrillos menos esta semana”, “Quiero evitar las golosinas hasta el próximo domingo”, “Cenaré con bebidas sin alcohol”, por ejemplo.
Es importante que enuncie su objetivo de un modo positivo: no diga: “No voy a fumar tantos cigarrillos esta semana”; sino: “Fumaré 10 cigarrillos menos que la semana pasada”.
Piense por qué le gustaría lograr ese objetivo. Tenga en cuenta que el subconsciente se vincula más con el deseo que con el deber.
En su casa o en algún lugar al aire libre, recuéstese o siéntese en una posición cómoda. Sáquese pulseras, collares, etcétera. Mire hacia arriba, como si quisiera ver sus cejas. Es normal que sienta que sus ojos se cansan. Mantenga esta postura tanto como pueda y, cuando sus párpados no resistan más, inspire hondo y, al exhalar, cierre sus ojos —no deje de realizar estas respiraciones profundas.
Mantenga los ojos cerrados y perciba cómo sus párpados se van relajando luego del esfuerzo realizado. Siéntase cómodo, tranquilo y a gusto. Visualice una manta cálida y suave, que se posa sobre su rostro, lo acaricia y lo abriga. Usted puede descansar aún mejor.
En esa oscuridad, se dibuja una escalera muy alta. Usted asciende por esa escalera, subiendo los escalones uno por uno. En cada uno, se encuentra su frase-objetivo, ésa que formuló al inicio del ejercicio. Suba todo lo que quiera: la cantidad de peldaños la decide usted, aunque la premisa es que sean muchos.
Cuando llegue al final, encontrará un gran cartel donde está escrita su frase-objetivo. La lee con atención, se siente identificado con ese deseo y, luego, abre una puerta que está a continuación del cartel. Detrás, hay un paisaje muy bello. Puede ser el que usted prefiera: lo que importa es que lo sienta vinculado con su meta cumplida. Usted ha concretado su objetivo y se siente tranquilo y alegre.
Una vez que ha apreciado las ventajas de su nueva situación, sale de ese paisaje y comienza a descender por la misma escalera, que en cada escalón tiene escrita la frase-objetivo. Cuando llegue al piso, abra los ojos lentamente y cierre el ejercicio con una última respiración honda, de tal manera que el aire llegue al abdomen. Fuente