¿Existe el alma? ¿hay vida más allá de la muerte? ¿se puede prolongar la existencia en otro cuerpo? ¿para qué reencarna el alma? a continuación, un recorrido por las principales respuestas religiosas a estos grandes enigmas de la vida humana.
Como tantos otros interrogantes a los que el ser humano no ha podido brindar una respuesta definitiva, la posibilidad de que, tras la muerte, se pueda volver a la vida en otro cuerpo atraviesa el pensamiento religioso y marca diferencias. Claramente, no es lo mismo vivir creyendo que, tras el deceso, volveremos a reencarnar o accederemos a la gracia divina, o que todo acabará con la muerte. En cierto sentido, cada devoción tiene una pretensión de absoluto, es decir, propone un marco desde el que entender al ser humano, el universo, la deidad, la creación, la vida, la muerte, etc. Ahondar en el pensamiento religioso respecto de la reencarnación supone enriquecernos con las enseñanzas de sus concepciones y profundizar nuestra percepción y definición de la vida.
¿QUÉ ES LA REENCARNACIÓN?
El término “reencarnación” hace referencia a la creencia de que el alma, después de la muerte, se separa del cuerpo y toma otro para continuar con una nueva vida mortal. Según esta creencia, las almas pasan por diferentes ciclos de vida, muerte y encarnación. A lo largo de la historia, diferentes culturas tuvieron una posición respecto de esta noción; sin embargo, se desconoce el origen de la idea. Para algunos estudiosos laicos, es probable que la creencia en la reencarnación haya surgido fundada en la necesidad de comprender al ser humano como parte de un ciclo. Otros sostienen que puede ser fruto del deseo de los hombres de explicar las diferentes cualidades de las personas, es decir, justificar las diferencias innatas y, a su vez, los elementos azarosos de toda vida humana.
Para abordar este tema, hay quienes prefieren comenzar planteando si, en realidad, existe o no el alma. En este sentido, incluso hay investigaciones que pretenden probar científicamente su existencia. Por otro lado, cuando se comenzó a practicar la famosa técnica de regresión a vidas pasadas, se afirmó que ésta era la comprobación fáctica de la reencarnación y, por lo tanto, del alma. En el ámbito puramente espiritual, la reencarnación es el corazón de toda reflexión existencial. De hecho, divide al mundo de las religiones de forma tajante y, con ello, estructura la manera de vivir de millones de personas. A continuación, abordaremos las distintas concepciones que poseen algunas de las religiones populares.
LA POSICIÓN DEL JUDAÍSMO
Si bien la reencarnación era parte de las creencias que existían en los tiempos de Jesús, para el judaísmo ortodoxo ésta es una creencia pagana. No hay referencias de ella en la Tora, libro de la “ley” de los judíos. Sin embargo, en la Cábala, doctrina judaica basada en la interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento, mediante un método esotérico, se habla del guilgul. Esta palabra de origen hebreo significa “circuito”, “rotación”, y hace referencia a la interconexión de las almas.
Por otra parte, una de las interpretaciones de un texto cabalístico clásico, el Zohar, afirma que todas las almas deben volver al lugar de donde emergieron pero, para lograrlo, deben perfeccionar el germen de lo que se plantó en ellas. Si no hubieran cumplido esta condición en una vida, deberían comenzar otra, hasta adquirir la condición ideal para su reunión con Dios.
LO QUE DICE EL CATOLICISMO
Para la iglesia católica, no hay reencarnación después de la muerte. Ésta es el fin de la peregrinación terrena del hombre, del tiempo de gracia y misericordia que Dios le da. La muerte es la separación del alma del cuerpo. De su estado en el momento del deceso, depende la eterna salvación del alma en el cielo o la condenación en el infierno.
El catolicismo enseña que, después de la muerte, algunas personas son enviadas al purgatorio para ser purificadas antes de entrar al cielo. El catolicismo no cree en la reencarnación, porque considera que el hombre es una unidad de cuerpo y alma. Por otro lado, se diferencia claramente en su visión de la resurrección. Como consecuencia del pecado original, la vida del hombre en la tierra concluye con la muerte. Pero, no todo termina; el alma, que es inmortal, se separa del cuerpo y sigue viviendo para ser juzgada por sus obras terrenas.
Por su parte, la “resurrección de la carne” se refiere al Juicio Final. En ese momento, así como Cristo resucitó, también los hombres resucitarán en el fin del mundo y volverán a unirse almas y cuerpos para nunca más morir. Pero, antes, serán juzgados y recibirán de Dios el premio o el castigo eterno según las obras realizadas en vida.
LA VISIÓN CRISTIANO-EVANGÉLICA
Para la fe cristiana, la reencarnación contradice la doctrina de la redención, según la cual, la raza humana vuelve a obtener el beneplácito de Dios gracias al sufrimiento y la muerte de su hijo Jesucristo. Conforme a lo que afirma la Biblia, está establecido que los hombres mueran una sola vez y que sean enjuiciados. A diferencia de la religión católica, los cristianos-evangélicos no consideran que exista el purgatorio, ni que se deba orar por los muertos. Quien murió está en el cielo, junto a Dios, y ya no tiene relación alguna con la vida terrenal.
LAS IDEAS DEL ISLAM
Para la religión del profeta Mahoma, Dios crea a cada individuo con una unidad de cuerpo-espíritu-alma. Por lo tanto, éste encarna una sola vez. Sus textos son claros: “Dios dio al ser humano una sola vida que vivir y morir. Luego de ésta, sólo será resucitado para ser juzgado. La resurrección es de cuerpo y alma”. En el Corán, Dios dice: “Como los creé por primera vez, los voy a recrear”. Acerca de la resurrección, señala: “En la tierra encontrarás una morada y deleite por un tiempo. Vivirás y morirás en ella, y luego serás resucitado”. Para esta religión, después del juicio final, se pasa a la vida eterna.
EL HINDUISMO Y LA REENCARNACIÓN
Esta creencia sostiene que hay una existencia eterna. Por eso, cree en la reencarnación, que es la transmigración de la almas a través de los cuerpos. Así, cuando una persona muere, su alma vuelve a nacer en otro cuerpo. A su vez, esto depende del Karma, conjunto de acciones personales que van ligadas al alma mientras transmigra. La forma en que el ser humano reencarne depende de las existencias anteriores; en consecuencia, se puede avanzar o retroceder. “Avanzar” significa reencarnarse en un ser humano; “retroceder”, en alguna otra forma de vida. También puede existir un tiempo en el que el alma vague hasta que llegue su nueva reencarnación. Sin embargo, el fin del Karma sólo se alcanza cuando el alma se ha perfeccionado tanto, que ha logrado la comunión con Dios.
LO QUE OPINA EL BUDISMO
El Budismo prefiere hablar de “renacimiento”, antes que de “reencarnación”. Buda niega, explícitamente, que haya algo permanente en la persona que va ocupando distintos cuerpos. Su visión es más psicológica: es la voluntad, las tendencias psíquicas, y no el alma, lo que permanece y se manifiesta en otras vidas. También, afirma que todos los seres con conciencia están regidos por el mecanismo causa-efecto del Karma.
Pero el renacimiento no es algo deseable, el camino budista sirve para liberarse de esa cadena de reencarnación. La meditación es una de las herramientas. Así, es posible el cese definitivo del círculo de reencarnaciones. La meta de la práctica budista es, entonces, despertar de esta ilusión del Samsara, que es el estado de no iluminación en el cual vivimos, la existencia mundana y perfectible. Afirma que en todo ser vivo existe el poder para alcanzar el Nirvana, que es el estado supremo de liberación de todas las ataduras. Quien llega al Nirvana se libera ya de la necesidad de otra reencarnación. Fuente