En cartas escritas desde su último refugio, Osama bin Laden manifiesta preocupación por las disfuncionalidad de su red terrorista y la declinante confianza de los musulmanes a quienes quería incitar contra sus gobiernos y Occidente.
Una selección de documentos incautados en la incursión del año pasado a la casa de bin Laden en Pakistán fue cargada el jueves en línea por el Centro del Ejército de Estados Unidos para la Lucha Contra el Terrorismo. Los documentos revelan días aciagos para al-Qaida y su líder escondido después de años de ataques de Estados Unidos y de lo que bin Laden consideraba fallas dentro de su organización y de sus aliados terroristas.
«Me propongo difundir una declaración de que iniciamos una nueva fase para corregir (los errores) que hemos cometido», escribió en 2010. «Al hacerlo así, reclamaremos, Dios mediante, la confianza de un gran segmento de aquellos que han perdido la fe en los yihadíes».
Hasta el fin, bin Laden se concentró en ataques a estadounidenses y en conjuras, aun improbables, para matar a líderes de Estados Unidos. Especialmente quería atacar aviones en los que viajaban el general David Petraeus e incluso el presidente Barack Obama, por considerar que un asesinato de esa magnitud elevaría a la presidencia al vicepresidente Joe Biden, «sin preparación», y sumiría Estados Unidos en una crisis.
Un informe de un analista, difundido junto con la correspondencia de bin Laden, lo describe contrariado por la incapacidad de otros grupos terroristas de ganar apoyo a su causa, sus campañas de prensa fallidas y ataques mal planificados que, a su juicio, mataron a demasiados musulmanes inocentes.
El círculo interno de bin Laden también se vio frustrado cuando en 2010 la atención en Estados Unidos se volcó a la crisis de la economía sin acreditar, al parecer, a al-Qaida por los daños económicos que los ataques terroristas habían causado.
«Todo el debate político en Estados Unidos gira en torno a la economía, olvidándose o ignorando la guerra y su papel para debilitar la economía», escribió su vocero Adam Gadahn.
La relación de al-Qaida con Irán era accidentada, a juzgar por los documentos. Después que Estados Unidos invadió Afganistán en el 2001, algunos altos jefes de al-Qaida y sus familias huyeron a Irán, donde las autoridades los pusieron bajo arresto domiciliario. A lo largo de los años Irán ha puesto en libertad a algunos, incluso miembros de la familia de bin Laden. Pero otros siguen presos.
No estaba en claro cuántos documentos de bin Laden capturados por Estados Unidos se mantienen en secreto. En una nota publicada junto con las 175 páginas en árabe difundidas el jueves —y sus traducciones al inglés— el general retirado John Abizaid dijo que probablemente solo representan una fracción de los materiales incautados en el complejo donde fuerzas especiales mataron a bin Laden en mayo del 2011. Estados Unidos dijo que los documentos abarcan desde septiembre de 2006 a abril del 2011.
Fuente: www.ap.org