Para reforzar nuestras defensas, debemos focalizar la atención en proveer determinados nutrientes que son fundamentales para mantener nuestro sistema inmune saludable.
Un déficit de zinc puede afectar el sistema inmune de distintas maneras, ya que el zinc actúa como un catalizador sobre la respuesta del sistema inmune para enfrentar agentes patógenos y es necesario para que los glóbulos blancos lleven a cabo sus funciones.
Es por ello que el consejo es consumir frutos secos, especialmente el sésamo (lo podemos comprar como gomasio y espolvorearlo en las sopas) también maní y legumbres.
También es recomendable incluir a diario vitamina C: una fruta cítrica al día es lo mínimo para cubrir el requerimiento de esta vitamina, que también se encuentra en el tomate, las papas y ajíes.
La vitamina A, por su parte, juega un importante papel sobre las infecciones y en el mantenimiento de las mucosas del organismo. La encontramos en: zanahorias, espinacas, perejil, aceite de soja, atún y calabazas.
El cuidado de la salud intestinal
Un factor muy importante si deseamos cuidar nuestra inmunidad es cuidar el intestino.
La mucosa intestinal es la superficie de contacto e intercambio más extensa de todo nuestro organismo. Cerca de 300 metros cuadrados de superficie (considerando las vellosidades desplegadas) están en contacto con toxinas externas que ingerimos con nuestra dieta.
Se sabe que cerca del 60% de las células del sistema inmunológico se aglomeran alrededor del intestino en áreas conocidas como placas de Peyer. Este gran órgano tiene vitales funciones en el sistema inmune. Mantener sana esta mucosa a través de una dieta adecuada ayudará a que todo el organismo funcione de forma correcta.
Cualquier factor que afecte la pared intestinal, como una intolerancia a la lactosa, alergias alimentarias, exceso de gluten, sobre-crecimiento de levaduras (cándida), constipación crónica, producen una filtración excesiva de los residuos del intestino hacia el interior de nuestro cuerpo.
Este pasaje inadecuado permite que proteínas mal digeridas lleguen al torrente sanguíneo y afecten nuestro sistema inmune.
Entre las hierbas que benefician el sistema inmunológico, vale la pena mencionar la equinácea y la hierba ayurvédica Ashwagandha por su efecto para estimular el sistema inmunológico.
El alga Spirulina también potencia nuestras defensas por su alto contenido en hierro.
El aprender a alimentarnos, a saber qué es lo mejor para uno, el entender qué beneficios ofrece tal o cual alimento es lo que nos lleva a estar en armonía en este mundo tan industrializado y tan alejado de lo natural.
Algunos consejos
• Evitar alimentos irritantes (harinas, café)
• Evitar las levaduras (panes, pizzas)
• Disminuir el consumo de azúcar
• Incluir probióticos naturales
• Masticar correctamente y ensalivar los alimentos
Por: licenciada María Cecilia Ponce (MN 3362), nutricionista de Laboratorio ALCAT Argentina
Fuente: http://saludable.infobae.com