Hay tantos aceites en la góndola del mercado que es imposible saber las diferencias. El de maní, ¿sirve para cocinar o para aderezar ensaladas? El de oliva, ¿se puede usar para freír? Te contamos cómo aprovechar cada aceite para realzar los sabores de tu plato. ¿Las claves para decidir cuál usar? El sabor, el punto de evaporación y las propiedades nutricionales
Aceite de canola. Es uno de los más comunes y tiene la ventaja de contener una bajísima proporción de grasas saturadas. A la vez, es rico en grasas monoinsaturadas saludables. Por su sabor neutro, es ideal para cocinar, tanto en la sartén como al horno.Sirve para: preparar platos livianos, freír salsas, hornear muffins, hacer mayonesa y tortas más light
Aceites de nueces. ¡Estos óleos le aportarán notas exquisitas a tus platos! Hay para todos los gustos: de avellanas, de almendras, de pistachos… No hay que usarlos para cocinar, porque el sabor tiende a evaporarse con el calor y puede incluso volverse amargo. En cuanto a sus propiedades nutricionales, son ricos en ácidos grasos Omega-3 y vitamina E.Sirve para: condimentar tus ensaladas o verduras cocidas, y darle un toque de sabor a unas bruschettas o a un plato con frutas
Aceite de oliva. Delicioso y aromático, aporta antioxidantes y grasas monoinsaturadas que son benéficas para la salud. Al evaporarse a una temperatura moderada, se puede usar para saltear vegetales o para hornear, en remplazo de la manteca o mantequilla. Hay mil variedades, pero la más refinada es la extra virgen. También es la más cara, así que hay que reservarla para el toque final de tus platos.Sirve para: condimentar verduras y ensaladas, en salsas para pastas o en pizza
Aceite de maní. Como tiene un punto de evaporación alto y no le aporta un sabor demasiado fuerte a las comidas, es un aliado ideal de la sartén. Aparte, es relativamente rico en grasas monoinsaturadas. Sirve para:saltear, sofreír, freír y tostar alimentos
Aceite de sésamo. Rico en antioxidantes y ácidos grasos mono y poliinsaturados, este óleo tiene dos variantes. Una menos aromática, que proviene de semillas sin tostar, y otra más fuerte, elaborada a partir de semillas de sésamo tostadas. La primera se adapta bien a casi cualquier plato, mientras que la segunda se utiliza mucho en comidas indias y asiáticas por su sabor particular. Sirve para: agregarle un toque original a una sopa o a una ensalada. También se puede usar sobre de los vegetales que estés salteando, hacia el final de la cocción
Aceite de soja. Su sabor neutro y su elevado punto de evaporación hacen que sea otra buena opción para freír, saltear u hornear. Una de sus principales ventajas es que es económico, aunque menos saludable que otras alternativas. Sirve para: freír y cocinar en general
Aceite de girasol. Hecho a partir de las semillitas de girasol, es uno de los grandes favoritos a la hora de condimentar o freír. Este óleo “multiuso” es reducido en grasas saturadas y rico en vitamina E. Sirve para:freír, aderezar ensaladas, cocinar muffins, galletitas y tortas
Aceite de coco. Es una de las novedades del mercado y se lo recomienda por sus propiedades nutricionales. Es perfecto tanto para platos dulces como salados. Sirve para:cocinar en general, freír y hornear. Te lo aconsejamos especialmente para preparar rosetas de maíz y papas fritas
Aceite de uva. Además de ser un ejemplo de reciclaje –está elaborado a partir de las semillas de las uvas utilizadas para hacer vino–, este óleo tiene un sabor neutro. Sirve para: preparar salsas y mayonesas en las que no quieras que el aceite tape ningún gusto. O para agregarse a aderezos y dips
Aceite de maíz. Este óleo dorado es extraído del grano del maíz. Sirve para: condimentar ensaladas y dips que tienen un sabor fuerte a pimienta o ajo, por ejemplo, porque no anula los sabores
Fuente: http://mx.mujer.yahoo.com