Las personas que están cansadas por la falta de sueño sienten un deseo más fuerte por consumir comida chatarra.
Una investigación realizada por la Universidad de Columbia (Estados Unidos) encontró que los centros del cerebro que procesan la sensación de recompensa se vuelven más activos en los individuos que durmieron poco. Según la nutricionista Marie-Pierre St-Onge, a cargo de la investigación, «nuestros hallazgos sugieren que la falta de sueño afecta la regulación del apetito y que promueve la obesidad».
Los investigadores registraron la actividad cerebral de un grupo de participantes del estudio mientras miraban fotos de alimentos (unos, saludables; otros, más nocivos) usando equipos de resonancia magnética funcional. Los participantes observaron estas imágenes tras cinco noches en las que no durmieron más de cuatro horas por jornada y cinco noches de buen descanso, es decir de hasta 9 horas en la cama.
Entre las comidas sanas había avena, frutas y vegetales, y entre los alimentos ricos pero riesgosos si son consumidos en exceso se incluyeron caramelos y pizza.
St-Onge explica que el sueño tuvo un impacto muy fuerte en como el cerebro procesó las imágenes de los alimentos, ya que en los voluntarios cansados las regiones cerebrales activadas frente a los alimentos poco sanos no fueron las involucradas en el procesamiento de las imágenes de las comidas saludables.
″La respuesta a las comidas poco saludables se centró en un patrón neuronal específico para el sueño restringido. Esto sugiere una mayor propensión a sucumbir a la tentación de las comidas no saludables cuando una persona está cansada″, afirma.
La experta agrega que investigaciones previas encontraron que las personas que durmieron poco tienen una mayor preferencia por las comidas muy dulces o saladas. St-Onge también recalca que su nuevo estudio encontró que las personas que duermen poco comen más cantidad de alimentos y comidas con más grasa, en comparación con los individuos bien descansados.
Fuente: www.neomundo.com.ar