Controlar ese mal hábito ayudaría a liberarnos del desorden.
¿Cómo haces algo instantáneamente el doble de caro? pensando en que lo regalarás…aunque te suene algo sin sentido, resulta que tu cerebro te dice cuánto debes valorar algo sólo porque es tuyo, es algo que te pertenece…que si te sobrepasa provoca que ames acumular cosas.
Si crees que eres inmune y no te sientes como un acumulador, piénsalo dos veces…¿recuerdas esa pluma, o quizá el lugar de estacionamiento o la silla que prefieres usar? En realidad es igual a cualquier otro en su tipo…sólo que este es “especial” porque es tuyo.
Este fenómeno de la psicología de la propiedad se denomina el efecto de dotación que va en aumento conforme nos hacemos de cosas.
Para demostrarlo, el psicólogo Daniel Kahneman hizo un sencillo experimento en el que repartió al azar tazas conmemorativas de la Universidad y 6 dólares, el costo de la taza, entre estudiantes de esa casa de estudios.
Según una teoría económica los estudiantes debían comenzar a comerciar entre sí, quienes tenían dinero en efectivo debían comprar una taza si les interesaba y algunas que tenían las tazas podrían interesarse en el dinero; sin embargo eso no ocurrió, sencillamente porque quienes tenían las tazas les dieron un valor especial por lo que no aceptarían menos de 5, y los que tenían dinero no pagarían más de 2.50 dólares por cada una.
El efecto de la dotación surtió efecto quienes le dieron mayor valor al objeto sólo porque era de ellos. Este fenómeno psicológico se relaciona con la tendencia humana a favorecer el estado de las cosas o statu quo en lugar de buscar transformarlas, como es preferir a los familiares o conocidos que a los extraños, explicó el psicólogo Tom Stafford en la BBC.
Vence al enemigo, conociéndolo
Stafford asegura que conociendo el efecto de la dotación es posible vencerlo, dejar de acumular e incluso construir una vida libre de desorden.
A todos nos pasa, o al menos a la mayoría, que cuando intentamos escombrar y deshacernos de cosas, comenzamos a analizar si debemos conservar o tirar tal o cual objeto y a la par surgen las razones para quedarlas, como la primera carta del amor de la secundaria….porque bueno fue del primer amor; o la servilleta del restaurante en el que cené en aquellas vacaciones inolvidables…
El académico de la Universidad de Sheffield nos da la fórmula para “desenamorarnos del espíritu acumulador” con dos pensamientos: Si no tuviera esto ¿cuánto me esforzaría por obtenerlo? Y si no lo tuviera ¿realmente lo querría?
Ponlo en práctica y desapégate de esas cosas que acumulas y libera tu vida del desorden y recuerda…esto también aplica para las bandejas saturadas de correo.
Fuente: http://quo.mx/