Hay situaciones estresantes y conflictos familiares que muchas veces estallan en los días de descanso. Veamos algunos de ellos y cómo solucionarlos:
¿Buenas compañías?
Llevar a la suegra, a otro familiar o a un amigo de los chicos puede ser una ventaja o un problema. Para evitar conflictos debe existir una comunicación fluida respecto de las expectativas y el rol de cada uno para que todos la pasen bien.
Si va la suegra, tiene que quedar claro por qué quieren compartir las vacaciones con ella, y qué se espera de ella: ¿que simplemente tenga una oportunidad para pasear o la llevamos porque hay niños pequeños para cuidar?
Adictos al trabajo
Cada vez es más frecuente que las personas trasladen la oficina al espacio de vacaciones. Están más conectados con los mails o los mensajitos que con el placer.
Para muchos, el estar conectados con aspectos de su trabajo responde a la necesidad de estructurar su tiempo. Son individuos que no sabrían que hacer consigo mismos fuera del manejo de los negocios.
Otro es el caso de los jóvenes y adolescentes: su mundo está estructurado en las redes sociales y una gran parte de su comunicación es a través de mensajes. Ir a la playa más concurrida sin su celular sería equivalente a desembarcar en una isla desierta, y vivirían totalmente estresados pensando en todo lo que se estarían perdiendo.
¿Qué pasa con la pareja?
En muchas parejas que sólo se ven pocas horas durante el año, la posibilidad de estar tanto tiempo juntos en las vacaciones los hace verse como desconocidos. A veces el descubrirse puede resultar maravilloso. Sin embargo, para otros el encuentro diario a toda hora se hace insoportable.
Es importante poder considerar al otro racionalmente y establecer la comunicación suficiente para crear un programa con condiciones que permitan el disfrute de ambos. Los audaces pueden aprovechar la ocasión para iniciar nuevos juegos y descubrirse sexualmente.
Tips para no estresarse
– Pensar en las vacaciones anteriores: en qué cosas anduvieron bien para repetir y qué no para cambiar.
– Consensuar el lugar de vacaciones teniendo en cuenta los espacios y las necesidades de toda la familia.
– Privilegiar la calidad por sobre la cantidad. Que sean pocos días donde todos puedan pasarla bien y no llegar a hartarse porque el tiempo no pasa más.
– Organizar antes de salir las responsabilidades de cada integrante, la colaboración de cada miembro de la familia.
– Si no es el momento apropiado para irse de vacaciones por motivos laborales, es mejor postergar las vacaciones y no tratar de estar en dos sitios en simultáneo porque, por lo general, no se termina estando en ninguno.
– Programar salidas de pareja aunque sea de poco tiempo, pero solos.
– Armar un presupuesto estimativo para evitar llevarse sorpresas.
– Disfrutar de la lectura, si no se pudo durante el año.
– Aprovechar las vacaciones para conectarse profundamente con uno mismo.
– Si viajan con chicos y no se convencen del todo del lugar elegido, es bueno pensar que es una etapa, que los niños crecen pronto y se van con amigos. Así que, ¡a disfrutarlos!
Fuente: http://www.entremujeres.com/