Año tras año aparecen en los medios de comunicación noticias de muertes por consumo de ostras en mal estado. Ciertamente su consumo tiene un riesgo, debido a las altas temperaturas del verano y determinadas bacterias.
Según la agencia EFE, cuando se abren las ostras y no son colocadas de inmediato sobre hielo o limón, las temperaturas ocasionan que proliferen determinadas bacterias que aceleran su descomposición, lo que te puede causar una gastroenteritis.
Una de estas bacterias presentes en las ostras es la vibrio parahaemolyticus, cuyo hábitat natural son las costas marinas, pues requiere sal para su desarrollo.
Si se abren docena a docena, los especialistas recomiendan colocarlas sobre un lecho de hielo, y servirlas con gajos de limón: digan lo que digan, el limón y el yodo se llevan muy bien.
Disfruta de las ostras, si tu cuerpo no ha generado intolerancia. Pero nunca, jamás, y menos en verano, te aventures a comerte unas que no han sido abiertas frente a ti.
Fuente: http://quo.mx/