En el último mes, la comunicación presidencial se caracterizó no sólo por su intensa actividad en Twitter (su cuenta registró 131 entradas, lo que da un promedio de más de cuatro al día), sino también por la mayor intensidad en el uso de expresiones en inglés, como » sorry «, » always «, » Oh my God! «, » photo opportunity » o » made in Argentina «.
Para los especialistas, la incorporación de estos términos se inserta dentro de un viraje en los discursos de Cristina Kirchner , caracterizado por un «lenguaje juvenil» y frases coloquiales, que operan como «guiños» de acercamiento con el público.
«Expresiones como « sorry » o « is too much » están en la misma línea que palabras como «tranqui» o «finde», también usadas por ella; porque tienden a generar la imagen de quien entabla un vínculo estrecho, que acorta la distancia con el destinatario», explicó Alejandra Vitale, lingüista y presidenta de la Asociación Argentina de Retórica (AAR).
María Elena Qués, investigadora en la Universidad de General Sarmiento (UNGS) y especialista en discurso político, recordó que el uso de palabras en inglés en la cuenta presidencial de Twitter no es nuevo. Ya en 2008, en medio de la disputa entre el Gobierno y los medios por la causa Papel Prensa, Cristina Fernández había escrito: «Democratización a full. Sorry , Magnetto, el futuro está llegando».
Sostuvo, sin embargo, que ahora el uso se intensificó: hubo una «ruptura del tono», dijo. «En discursos anteriores, había un tono de legisladora que apuntaba a reforzar un lugar de saber, con una capacidad sintáctica que a su vez se diferenciaba de la desprolijidad de los discursos de Néstor», aseveró. Destacó además que «Twitter se presta a la informalidad y a la espontaneidad».
El uso de muletillas en inglés va más allá de sus tuits. Una de las locuciones más utilizadas, el «too much», se oyó en su primer discurso de 2012. Frente a una supuesta sugerencia de exponer en público sus tiroides recién extraídas para demostrar que había sido operada, replicó: «No, no, me parece too much «.
Luego, en un acto en el que mostró su apoyo a la candidatura del sindicalista británico Guy Rider a la presidencia de la Organización Internacional del Trabajo, expresó: «Esto [es] para que vean […] que con el pueblo inglés y con los trabajadores, está todo bien, is too much , todo bien, very good «.
Ana Laura Maizels, profesora de Semiología de la UBA y analista del discurso presidencial, señaló a la juventud como el principal destinatario de los giros en inglés: «Los jóvenes son un sujeto privilegiado del discurso kirchnerista y, a su vez, los que se sienten más interpelados con este lenguaje».
Para Qués, en cambio, «la Presidenta busca dar guiños y elogiar a público que en teoría simpatiza con ella, o que se supone que previamente adhiere a su postura». Y agregó: «Es una característica del kirchnerismo no buscar seducir a la franja intermedia [los indecisos] sino profundizar la brecha».
En una reflexión sobre este cambio hacia un estilo más coloquial, María Marta García Negroni, lingüista y profesora de la Universidad de San Andrés (UdeSA), evalúo: «Cuando el registro pasa a ser común, se pierde la riqueza de un discurso específico como el político, que debe ser complejo, no rebuscado, pero sí al servicio de la interpretación del mundo, con conceptos sólidos».
Las analistas señalaron además otros términos en inglés en discursos públicos de la Presidenta, entre los que se registraron » know how «, » win-win » y » leading case «. «Se trata de términos más técnicos, provenientes de campos especiales», explicó Maizels.
A pesar de que en reiteradas ocasiones se criticó a la Presidenta por su pronunciación, Maizels explicó: «Ella no habla inglés: lo ha dicho, y no tiene la obligación de saber hacerlo. En estos casos, la estrategia no es mostrarse como conocedora del idioma, sino en un lugar de saber, con manejo de una terminología técnica».
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/