Hecha la «barrera», hecha la «forma de esquivarla».
Casi como una versión renovada del refrán popular, los argentinos vienen impulsando un fenómeno que nació y ha ido cobrando auge al calor del bloqueo oficial al ingreso de productos tecnológicos que se comercializan en otras capitales del mundo.
Es la llamada «micro-importación».
Su «red de ventas» no es ni Frávega, ni Garbarino, ni tampoco otras cadenas de retail, sino que utiliza a Internet como su base de operaciones.
Es así que en los portales de comercio electrónico se puede encontrar una gran cantidad de productos que no llegan a las góndolas de los comercios.
¿Quiénes son los que nutren de esta oferta a los puntos de venta virtuales? Los propios particulares que viajan al exterior y, a su regreso, cargan consigo una serie de artículos que luego vuelcan a la red.
No obstante, según indicaron analistas del sector, también existe una «micro-importación» que no es tan «micro».
«Hay importadores chicos, que están registrados legalmente, como así también existen otros de los que sólo hay un teléfono de contacto», comenta a este medio Enrique Carrier, director de la consultora Carrier & Asociados.
El experto agrega que, en algunos casos, «operan gracias a algún vínculo que les facilita el ingreso de productos al país».
«Esto no es más que una respuesta al actual marco restrictivo. Un ejemplo típico son los teléfonos iPhone. En los locales de venta tradicional brillan por su ausencia pero en los sitios de e-commerce los podés conseguir muy fácilmente. Son equipos que los propios viajeros traen cada vez que regresan al país» agrega.
Este crecimiento de la «micro-importación» se ve reflejado en portales como DeRemate.com o MercadoLibre.com, en donde se encuentran equipamientos que en la Argentina dejaron de conseguirse desde que el Gobierno fijara las restricciones a la tecnología importada.
En esos espacios proliferan modelos y marcas que no se ubican en los locales comerciales, como los mencionados equipos iPhone, y todo tipo de productos Apple como es el caso de reproductores iPod, portátiles MacBook Pro o una amplia variedad de iMac.
Además, estos sitios en Internet también dejan lugar en sus «góndolas virtuales» a equipos portátiles Dell, Toshiba o Asus, teléfonos Blackberry que las operadoras ofrecen a cuentagotas en el país -el modelo Torch apenas lo promociona Claro-, productos de Sony e, incluso, dispositivos que las principales cadenas todavía no lanzaron en la Argentina.
Un ejemplo de esto lo ofrece la versión de 64 GB del último iPad presentado por la marca de la manzanita. Dotado con Wi-Fi, se promociona a un precio promedio de $6.500 pesos en Mercado Libre.
Quienes los ofrecen en la web -que no aportan demasiados detalles sobre su organización comercial- además se dan el lujo de dejar bien en claro que cuentan con suficiente stock.
«Cuando imponés un control, una prohibición sobre algo, automáticamente estás dando nacimiento al mecanismo que romperá con esa regla. El mismo cerco estimula lo que se conoce como mercado paralelo. La electrónica en la Argentina no es la excepción», había anticipado a este medio Pablo Tedesco, director de TBI Unit.
Y este circuito alternativo de comercialización es el que, precisamente, se está potenciando hoy en día.
El mismo se complementa con otro fenómeno que es consecuencia del bloqueo, como es el caso de la aparición y el auge de un auténtico repositorio virtual de piezas, equipamientos y accesorios que ya no se ubican en los negocios tradicionales.
Disponibles sólo en las «góndolas web»
«En este momento no tenemos disponibilidad de ese modelo. El ingreso de productos Apple está todavía muy complicado. Igual, recomiendo acercarse a la sucursal más cercana para que el cliente vea qué es lo que realmente puede conseguir», aconseja un agente del área de venta telefónica de Garbarino ante la consulta por un equipo MacBook.
Como contrapartida, en Internet las MacBook florecen, por supuesto en sus últimas versiones.
Y no sólo se encuentran disponibles en sitios como Mercado Libre sino que, además, en dicha página, se ofrecen más de 100 ofertas con su correspondiente variedad de modelos y precios.
«Es el consejo de moda: fijate en Mercado Libre. Lamentablemente, muchos tuvimos que recurrir a repetir esta frase al no poder dar respuesta a los clientes que preguntan por productos de los que no disponemos. Por ejemplo, ya dejamos de comercializar tecnología Dell. Lo paradójico es que en Internet conseguís todo lo que nosotros no podemos vender», señala, con cierto dejo de resignación, el titular de Green Computers, un punto de venta de tecnología que se encuentra en Caballito.
«Lo mismo pasa con tecnología de Toshiba y hasta con productos Sony que incluso conseguís ni siquiera en los locales Style de la marca. Para los puntos de venta lo que está disponible es lo que se ensambla en Tierra del Fuego», remarca.
Una muestra clara de las diferencias que existen entre los canales de venta tradicionales y el comercio online lo da la variedad de ofertas y de propuestas que exhibe uno y otro.
Mientras que en sitios como DeRemate es posible ubicar los dispositivos Dell, hoy desaparecidos de los comercios, en grandes cadenas las alternativas se ajustan a las siguientes marcas.
Algo similar sucede con las computadoras de escritorio.
En Mercado Libre, entre unidades nuevas y usadas, el horizonte de posibilidades parece no bajar de las 100 propuestas.
En cambio, en las grandes casas, se ofrece una única marca.
Ya en lo que hace a netbooks, el panorama se vuelve mucho más oscuro para los puntos de venta.
Sucede que estas compañías deben abastecerse únicamente de lo que se produce en el país.
Para peor, el grueso de los fabricantes tiene puestas una gran cantidad de «fichas» en colocar su producción en el programa educativo del Gobierno conocido como «Conectar Igualdad».
¿El resultado? Frávega carece de equipos a la venta, mientras que Garbarino y Compumundo apenas mantienen a la venta cinco modelos de marcas como Asus y Samsung.
iPhone y Blackberry, presentes en la web
«Quien va al exterior y puede, se vuelve con uno o más dispositivos. Por ejemplo, la mayoría de los iPhone que se ven hoy circulando son de gente que viaja», expresa Carrier.
Sea cual fuere el camino, lo cierto es que hoy es posible ubicar ofertas como un iPhone 4, liberado, de 16GB y con factura, a unos 6.500 pesos:
En cambio, resulta imposible acceder a esta tecnología a través de lo que ofrecen por estos días los principales operadores de telefonía móvil del país. Algo similar puede decirse de Blackberry.
En este último caso, por mencionar un ejemplo concreto, Movistar comercializaba apenas el modelo 9300, en color gris, a 1.199 pesos.
¿Por qué «comercializaba»? Porque en el preciso momento en que se concebía esta nota, la operadora publicó en su página web oficial que este equipo pasó al estado «sin stock», tal como puede apreciarse:
¿Qué sucede, en tanto, en el mundo virtual? El Blackberry Torch 9810, fuera de toda presencia tanto en el retail como en las vidrieras de las empresas de telefonía, se ofrece con garantía y totalmente liberado a 3.900 pesos.
Algo similar ocurre con el Blackberry Bold 9900, imposible de ubicar en los puntos de venta tradicionales pero con presencia en los listados de ofertas de Mercado Libre.
Al momento de rastrear tecnología Apple en telefonía, o en todo caso Blackberry, lo más a mano para acceder en los puntos de venta proviene de propuestas tradicionales.
Cambio de usuario
«La política de restricciones, desde su entrada en vigencia, directamente dio paso a la desaparición de las marcas más importantes, sobre todo en lo que hace a equipamiento portátil», explica Tedesco.
«Cuando vas al retail, prácticamente no encontrás equipos que vengan de afuera. Y los pocos que llegan muchas veces se venden incluso antes de que sean puestos en exhibición», añade.
Esta realidad, no pasa desapercibida a los ojos de clientes y vendedores, que, en los últimos meses, vienen haciendo de Internet uno de los puntos de ventas de mayor crecimiento.
Un número deja a las claras este fenómeno: según trascendió, sólo en el primer trimestre de 2012 Mercado Libre facturó 84 millones de dólares.
Esta cifra representa casi un 40% más que hace un año y, además, vendió a través de su portal más de 15 millones de productos.
Para el sector de e-commerce, en general, las perspectivas también son muy buenas. Las proyecciones indican que este año se facturarán $16.000 millones, lo que implicará un crecimiento del 41% con respecto a 2011.
«El canal virtual seguirá en auge en tanto se mantengan las restricciones. Siempre los argentinos buscaron la forma para franquear todos los obstáculos que les quisieron imponer», sostiene Carrier.
«Ahora sucede lo mismo. Pero el problema, si se quiere, no lo tienen los particulares solamente, sino también las empresas. Hay compañías que necesitan actualizar todos sus entornos, sus infraestructuras de administración y no pueden renovar los equipos. O les dan como opción pasarse a una marca nacional», afirma.
Y concluye: «Esta es una gran preocupación del sector corporativo. Hablamos de emprendimientos que operan con cientos de computadoras. No es un tema de costos de equipos, sino de rendimientos, calidad y seguridad. A la par de la molestia de los particulares, las firmas también se ven muy afectadas».
Fuente: http://negocios.iprofesional.com