La genética y temperatura corporal ayudan que algunos quemen más grasa que otros.
Cuántas veces nos hemos preguntado ¿Por qué come tanto y no engorda? Mientras, uno come poco y no logra desaperecer esas llantitas.
Para resolver esta incógnita, investigadores de la Unidad de Investigación Clínica Bethesda, en Marylan, Estados Unidos, se dieron la tarea de averiguar por qué algunas personas mantienen un peso ideal a pesar de que comen en abundancia.
La investigación encontró que las composición genética juega un papel importante en la obesidad, que se deja seducir por un entorno abundante lleno de alimentos grasosos pero apetitosos. Cada persona tiene un composición genética diferente que pueden afectar en lo que anhela y cómo su cuerpo usa la grasa para quemarlas.
En esta condición influyen dos factores entre los conocimientos que adquirimos sobre lo que es bueno para la salud y la capacidad de nuestro cuerpo para quemar más grasa mala.
Para llegar a esta conclusión se estudió a personas delgadas que consumen 4 mil calorías en un período de 24 horas, el doble de energía que necesita una persona sana normal. Se identificó que algunas personas son capaces de quemar más calorías mientras están comiendo, lo que influyen en que no acumulen tanta grasa.
También se halló que la temperatura influye en el metabolismo. Ya que el frío ayuda a estimular la grasa parda para quemar más calorías. Esta grasa, que corre a lo largo de nuestro cuello, hombros y la columna vertebral en pequeñas cantidades, es como el tejido muscular, ya que quema calorías y ayuda a mantener estable la temperatura corporal interna.
Comunmente las personas delgadas tienen más grasa marrón que las personas obesas. Las temperatura puede influir en la grasa parda para que el cuerpo gaste más energía, las personas con una gran cantidad de grasa marrón puede resultar más fácil de perder o mantener su peso.
Fuente: http://quo.mx