Cory Monteith, coprotagonista de la serie juvenil estadounidense Glee, murió de sobredosis de alcohol y heroína poco después de haber salido de rehabilitación. Este período tras la reclusión y la abstinencia parece ser crucial. Una cuestión que algunos dirían es de vida o muerte.
Según los expertos, cuando uno pasa tres meses sin una gota de alcohol ni un gramo de droga, los niveles de tolerancia en el cuerpo disminuyen, sobre todo si se trata de heroína. Esto hace que, si la persona reincide, corra el riesgo de una sobredosis, pues lo normal es que consuma la misma cantidad a la que estaba acostumbrada.
La recaída puede ocurrir justo después de salir de un tratamiento o tras años de abstinencia. No obstante, son en esas primeras semanas que el drogadicto encarna una lucha contra titanes.
Etapa crítica
Un período nada fácil en que el adicto tiene que volver a integrarse en la sociedad y se siente más vulnerable porque ha salido de la burbuja que lo protegía. También es el reencuentro con viejos amigos y hábitos.
Las técnicas que se usan en los centros para salir de una adicción son múltiples, aunque la mayoría tiene un común denominador: la abstinencia.
La otra opción es la que adoptan los programas de salud de muchos países: utilizar metadona o suboxone como alternativa a las drogas ilícitas. Un drogadicto puede pasar décadas medicado con metadona.
Hay puntos a favor y en contra de ambas tendencias. Quienes abogan por la abstinencia total dicen que la metadona lo que hace es empeorar la adicción del paciente.
Mientras que los que defienden un tratamiento medicado advierten sobre los peligros de muerte tras salir de un centro de rehabilitación sin metadona.
«Los drogadictos acaban muriendo»
«Sí, algunas personas mueren, pero no son muchos», le dice a BBC Mundo Chip Somers, director ejecutivo de Focus 12 un centro de rehabilitación al que acudió la estrella británica Russell Brand para dejar las drogas.
«La realidad es que mueren más personas de sobredosis sin haber pasado por un período de abstinencia, que las que lo hacen tras salir de un centro como el nuestro», agrega Somers, quien asegura que en los 10 años que lleva dirigiendo Focus 12 sólo han escuchado de un caso de muerte por sobredosis a los pocos días de terminar el programa.
«Uno de nuestros slogans es que no hay adictos viejos», señala Somers. «Al final los drogadictos acaban muriendo de sobredosis», si la rehabilitación no funciona y reinciden.
Heroína, la más peligrosa
El mayor peligro de una sobredosis tras la recaída es cuando el individuo es adicto a la heroína. Este narcótico deprime la respiración, y si se combina con otra droga, como el alcohol en el caso de la estrella de Glee, el resultado puede ser fatal.
Otra crítica a los centros de rehabilitación es que además de no hacer uso de los fármacos disponibles para contrarrestar la adicción, algunos no están acompañados de terapias familiares que ayuden a construir un ambiente social que refuerce la sobriedad y desaliente la droga.
Somers está de acuerdo en la importancia de ofrecer grupos de apoyo y seguimiento una vez que se le ha dado de alta al paciente. «Nosotros tenemos sesiones grupales semanales y terapias personalizadas», aunque estas no son obligatorias.
La eficacia de los centros de rehabilitación es relativa. «Según las cifras que manejamos, del 70% que termina el programa, el 45% se mantiene completamente abstemio tras dos años después de reinsertarse en la sociedad», señala Somers.
El caso de Russel Brand
El actor y presentador Russell Brand es un defensor absoluto de la abstinencia total para salir de las drogas. Tras más de 10 años sumergido en las drogas que lo dejaron en la banca rota y sin opción a conseguir trabajo, decidió internarse para limpiar de una vez por todas su cuerpo. Funcionó.
No obstante, tras 10 años abstemio confesó en un documental que hizo para la BBC sobre su adicción que si no fuera por su carrera lo dejaría todo por las drogas.
El éxito de su tratamiento se basó en no pensar a largo plazo. «El objetivo es no consumir droga un día» y así sucesivamente. También le ayudo hablar constantemente de su problema, aunque ello significara meter el dedo en la llaga.
Brand forma parte del 10% de la humanidad que es propensa a ser adicta.
La raíz de la adicción
«Nuestra experiencia nos indica que la adicción ocurre principalmente por tres razones: el estrés, el placer y la impulsividad», le dijo el profesor David Nutt, del centro de psicofarmacología del Imperial College de Londres, a Brand para el documental.
Con el estrés se activa una parte del cerebro que se alivia con el alcohol y las drogas. La adicción por placer ocurre cuando estás disfrutando tanto de algo que apelas a narcóticos para aumentar ese placer. Mientras que la impulsividad es un comportamiento ligado con la dopamina; la carencia o alteración de esta sustancia en el cerebro te hace más propenso a la adicción por usos recreativos.
Esa disposición a la adicción, prácticamente heredada, es lo que puede llevar a expertos a inclinarse por un tratamiento con metadona o suboxone. «Y no todos tienen la conciencia psicológica o el apoyo para hacer una rehabilitación de abstinencia», le dice a la BBC la doctora Clare Gerada, del Royal College of General Practitioners y experta en adicción.
«Me encantaría que la gente se mantuviera libre de drogas, pero llevo demasiado tiempo como médico general para saber que eso no es posible. La gran mayoría de los pacientes todavía necesita de tratamientos sustitutivos mientras solucionan todos los otros problemas. Y eso lleva tiempo», agrega.
La metadona no es la panacea
Chip Somers pasó 10 años medicado con metadona y se enfurece cuando alguien sugiere que esta droga puede curar de la adicción. «Quienes piensan así no entienden lo que es ser adicto».
«La metadona supuestamente es para estabilizar al drogadicto y eso es imposible, porque cuando uno está en drogas lo que quiere es estar bien puesto hasta arriba. Yo la metadona la combinaba con otras drogas».
Un estudio realizado por el Centro de Investigación de Abusos de Drogas en Londres indica que la gran mayoría de los adictos quiere dejar completamente las drogas. «Pero tras el tratamiento con metadona, menos del 10% lo consiguió», señaló Neil McKeganey miembro del centro.
Otra opción que se usa con frecuencia es la reclusión forzada, pero este método es ampliamente criticado, a pesar de que se usa con frecuencia como la última opción en familias desesperadas.
Fuente: http://www.bbc.co.uk/