Henry Hargreaves, un fotógrafo de Nueva Zelanda, tuvo la extraña idea de freir un iPad y fotografiar el resultado.
Lo más interesante de este experimento es que después de ser pasado por la sartén, el iPad continuaba funcionando.
El mismo experimento también fue realizado por Hargreaves con un iPhone y un iPod.
Las fotos muestran cómo quedaron los aparatos luego de pasar por la freidora.