El reconocido cirujano plástico Rolando Pisanu habla sobre los peligros y las precauciones que hay que tomar a la hora de operar a un adolescente.
Cada vez es más común escuchar que quinceañeras prefieren una operación estética – las de lolas y la de nariz son las más solicitadas – antes que una fiesta para divertirse con sus amigos. ¿Qué hacer ante esta situación? ¿Cómo aconsejarlos como padres?
Una de las operaciones que más piden es la rinoplastía. Los adolescentes llegan al consultorio del cirujano plástico con la idea de modificar su perfil, y a menudo es una idea que tienen en su mente hace tiempo. En estos casos, el médico especialista en Cirugía Plástica y Reparadora Rolando Pisanu comenta lo que dictan sus treinta años de experiencia en cirugía plástica.
“Es absolutamente necesario hacer una o varias consultas extensas, porque si es una persona joven hay que indagar primero cuál es el motivo que la lleva a operarse. Hay chicas de 15 o 16 años que se quieren operar porque se operó la amiga y otras que arrastran complejos, trastornos de imagen o conflictos en la personalidad. A partir de los 15 años se podría operar, ya no va a cambiar más la nariz. A esa edad yo opero sólo si se trata de una necesidad psicológica. En general, siempre mantengo contacto con los terapeutas, psicólogos y psiquiatras de los pacientes que requieren una cirugía de rostro.»
El adolescente varón es un paciente muy especial. Los chicos que vienen queriendo operarse la nariz son por lo general retraídos. «Sienten que su nariz los afea y eso les niega las relaciones; y que si se operan la nariz van a ser «ganadores” en sus relaciones; el médico en la charla se da cuenta si puede cubrir sus expectativas y en estos casos lo más importante es decirle la verdad», explica el cirujano.
Hay pacientes que vienen con un molde de yeso de la nariz que quieren, otros con fotos, o con un dibujo en la computadora – cosa que algunos cirujanos usan como herramienta de marketing, dice el Dr. Pisanu, pero no sirve como medida de resultados- pero la tarea del médico responsable es trasladar a la realidad posible esas expectativas y que el resultado sea armónico, que la nariz no parezca operada y el paciente esté contento con su rostro.
La rinoplastia es una cirugía de 40 minutos a una hora de duración si deben tocarse estructuras importantes, el Dr. Pisanu la realiza con sedación más anestesia local. Y dice por qué. «No es conveniente usar solo la anestesia local, menos aún en pacientes muy jóvenes, porque es una intervención donde ver todo el movimiento del quirófano puede tener efectos traumáticos.»
Como otros rasgos de nuestro cuerpo, a la nariz la podemos cambiar pero nuestros hijos la van a heredar igual. Y en varios casos que el Dr. Pisanu ha atendido, la madre toma la decisión de operarse cuando se va a operar su hija. «He operado madre e hija, en el mismo día, la madre a las 8 y la hija a las 10. De esta forma tienen contención mutua, están internadas juntas las dos, se acompañan y se convierte en un hito en sus vidas .”
«También ha tenido que enfrentarme – pone como contrapartida el cirujano – a madres obsesionadas por la belleza de sus hijas, que quieren que se las opere sin que las hijas estén de acuerdo. O que se enojan porque les digo que hay que esperar que crezcan un poco más. La imagen corporal es muy importante en la adolescencia y se crean serios trastornos psicológicos que con cirugía muchas veces pueden solucionarse, pero siempre debemos poner a nuestros hijos en manos de un cirujano con experiencia.»
Fuente: http://ahguapas.infonews.com