Este top five de los medicamentos mejoró la calidad y expectativa de vida de la población en general. Conocer la historia de estos 5 hitos nos ayuda a comprender el enorme avance de la ciencia en los últimos 100 años para vivir más y mejor.
Estas pastillas -las hayamos tomado o no- cambiaron la vida de todos nosotros. La historia de cada una de ellas simboliza algunos de los adelantos más importantes de la medicina de los últimos 100 años y el logro de una mejor calidad y expectativa de vida.
“Si pudiéramos trazar un hilo conductor para interpretar lo que representaron estas cinco pastillas -y yo agregaría un grupo más que son las drogas organizadoras del sistema metabólico y endócrino, que controlan y disminuyen el colesterol, triglicéridos, presión arterial y glucemia- definitivamente han cambiado la vida de todos nosotros: desde la aspirina, el descubrimiento de la penicilina hasta el Sildenafil (Viagra)», explica el médico psiquiatra y psicoanalista José Abadi.
“Son todos avances contra los padecimientos que sufre el hombre y son el resultado de varios elementos, se explaya el especialista. El primero y más general es la búsqueda de la aspiración a una vida saludable, a vivir sano; a prevenir y curar enfermedades que implican la puesta en marcha del pensamiento científico del hombre, de la imaginación, del esfuerzo y del trabajo interdisciplinario”.
Por lo tanto, podríamos decir que todas éstas forman parte de lo que llamaríamos el instinto o impulso de vida. Se trata del “vivir bien”, la aspiración y el derecho a vivir bien, que incluye el acceso al encuentro y al placer, como queda representado en una pastilla como el Sildenafil.
En todos estos avances hay algo importante, que es el concepto de lo saludable; anticiparse a la enfermedad para prevenirla, curarla y evitar el dolor y el sufrimiento cuando esta ya se ha instalado.
Las pastillas, una por una
Ácido acetilsalicílico o Aspirina®
El ácido acetilsalicílico mundialmente conocido por su marca original Aspirina® forma parte desde hace tiempo de la cultura popular debido a su gran éxito y aceptación social.
La Aspirina® es un medicamento de múltiples acciones terapéuticas comprobadas como analgésico, antiinflamatorio, antifebril y protector vascular. Está especialmente indicada para aliviar dolores de cabeza, migrañas, malestares articulares y musculares, neuralgias, dolencias dentales y de oídos, bajar la fiebre, disminuir la inflamación y proteger el sistema cardio y cerebrovascular.
El químico Charles-Frédéric Gerhardt, nacido en Estrasburgo en 1816, consiguió desarrollar en 1853 la síntesis de la molécula hoy en día conocida con el nombre de aspirina, al aislar ácido acetilsalícilico, el principal componente de este medicamento. A más de 150 años de su descubrimiento, hoy se ha convertido en el medicamento más popular del mundo, del que se producen 50 mil toneladas al año.
Sin embargo, el descubrimiento de Gerhardt pasó desapercibido hasta que, en 1897, el químico alemán Félix Hoffman, que trabajaba para Bayer, se inspiró en los trabajos del alsaciano cuando buscaba un remedio para curar a su padre que padecía de reumatismo crónico. Hoffman consiguió la fórmula para industrializar y distribuir a bajo costo el fármaco tras descubrir sus propiedades terapéuticas y Bayer sacó al mercado la primera aspirina en 1900 en forma de polvo, 46 años después de la invención de Gerhardt.
El hallazgo de Gerhardt junto a los trabajos posteriores de Hoffman dieron pie a la comercialización de un fármaco que en la actualidad está registrado en más de 70 países y del cual se producen unas 50.000 toneladas al año.
En 1969, la aspirina se convirtió en el primer analgésico que se llevó a la Luna en un botiquín de apenas 13 centímetros, a bordo de la nave Apolo XI, para aliviar el dolor de cabeza de los astronautas.
Penicilina – Primer Antibiótico
Los antibióticos se encuentran entre los medicamentos más prescritos en la medicina moderna. El principal uso es para combatir infecciones, también disminuyó la mortalidad y la morbilidad de la población y posibilitó el desarrollo de nuevas especialidades médicas.
El primer antibiótico fue la penicilina, descubierta de forma accidental en un cultivo de hongos en 1928 por Alexander Fleming. Hoy en día, más de 100 diferentes antibióticos están disponibles para que los médicos receten.
Si bien las penicilinas son los antibióticos menos tóxicos pueden causar alergias, en ocasiones severas.
«Yo no intentaba descubrir la penicilina, me tropecé con ella», reconoció Fleming, lo que indica que su hallazgo fue el resultado de una conjunción de circunstancias.
La casualidad quiso que el Dr. Fleming interrumpiera su trabajo para irse de vacaciones y a su regreso al laboratorio del Hospital St. Mary´s de Londres, en septiembre de 1928, observó que en una de las placas de estafilococos patógenos que estaba examinando se había producido una masa verde azulada, que era consecuencia de la contaminación por un hongo del aire (‘Penicillium notatum’).
El investigador vio que el desarrollo de una colonia del hongo había inhibido el crecimiento del estafilococo a su alrededor. Acababa de descubrir la penicilina.
El hallazgo de Alexander Fleming tuvo un gran impacto científico durante los dos años siguientes, pero después entra en un período de silencio y casi no se volvió a hablar nada de la penicilina hasta los años 40. Ni siquiera el propio Fleming divulgaba lo que sabía sobre su descubrimiento, según recogen varios artículos.
El 12 de febrero de 1941 se realizó el primer ensayo clínico de la penicilina con humanos, pero su utilización no se generalizó hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando la necesidad de curar las heridas de los soldados hizo que se aplicara el fármaco en diferentes soluciones. Así, todos los heridos graves de la batalla de Normandía (1944) pudieron ser tratados con penicilina.
Gracias a los buenos resultados que la penicilina demostró con los heridos de guerra, Fleming recibió en 1945 el Premio Nobel por su descubrimiento, junto con E. Chain y W. Florey, que también tuvieron mucho que ver en el desarrollo del fármaco.
La penicilina revolucionó la medicina de la época y dio origen, una vez acabada la II Guerra Mundial, a una gran industria farmacéutica.
Drogas oncológicas – la primera, Metotrexato
En un tema tan vasto como la historia de la quimioterapia, arrancamos con el hito de 1958 cuando los científicos Roy Hertz y Min Chiu Li, del Instituto Nacional contra el Cáncer de los Estados Unidos (NCI), descubrieron que el mismo tratamiento sobre la base sólo de Metotrexato podía curar el coriocarcinoma. Este fue el primer tumor sólido que fue curado por quimioterapia.
En 1965, ocurrió el mayor avance en terapia contra el cáncer. James Holland, Emil Freireich, y Emil Frei formularon la hipótesis de que la quimioterapia podría seguir una estrategia similar a la usada por la terapia antibiótica contra la tuberculosis: la combinación de drogas, cada una con un mecanismo de acción diferente.
El desarrollo de medicamentos contra el cáncer se ha convertido en una industria multimillonaria. A pesar de que la mayor revolución en este campo se debe a la targeted therapy (terapia dirigida), muchos de los principios y limitaciones de la quimioterapia descubiertos por los primeros investigadores aún se aplican en la actualidad.
El año 2012 ha sido un año en donde no sólo se han logrado avances en el conocimiento de los tumores en general, sino que también este conocimiento se ha logrado traducir en avances terapéuticos que ofrecen tratamientos más eficaces en tumores frecuentes como el cáncer de mama, de próstata, de pulmón y melanoma.
Algunas de estas nuevas estrategias terapéuticas se consideran de un impacto tal que han sido catalogadas por la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) como “modificadoras de la práctica clínica habitual”.
Al menos 5 nuevas drogas han sido aprobadas por la Administración Federal de Drogas (FDA) de los EE.UU para el tratamiento de subtipos particulares de tumores frecuentes, algunas de las cuales ya se encuentran disponibles en nuestro país.
Los nombres de las drogas más comunes para diferentes tipos de cáncer son: los agentes clásicos como la Doxorubicina, Daunoblastina, Platino, Citarabina, o el Interferón para tumores de ovario, mama, linfomas y leucemias. Rituximab para linfomas que expresen el CD 20) y el Trastuzumab para cáncer mamario; Adriblastina (Pfizer) Blocamicina (Gador) y Doxopeg (Raffo), Bevacizumad (Avastin) para cáncer de cerebro y Desatinib (cancer de sangre), entre otros.
Sildenafil – Primer nombre comercial Viagra®
En la actualidad, el Sildenafil se consigue hasta en forma de caramelos. Sólo en 2012 en la Argentina, se vendieron 3,6 millones de unidades de Sildenafil.
A 15 años de su lanzamiento comercial, el Viagra® es más popular que la aspirina. En la Argentina, se venden 34 variedades más de ese medicamento que sirve para tratar la disfunción eréctil que del clásico analgésico, si se tienen en cuenta la diversidad de marcas con el principio activo sildenafil, las dosis y las presentaciones en forma de pastillas y caramelos.
En 1998, lo comercializaba sólo el laboratorio farmacéutico que lo patentó, Pfizer. Hoy, en cambio, lo ofrecen 42 laboratorios con marcas como Segurex, Incresil y Super-O. Se debería vender sólo en farmacias y bajo receta, pero la realidad es que se vende en las farmacias sin receta en el 57% de los casos, y también se “filtra” en internet, kioskos y albergues transitorios. El perfil del usuario es muy diferente al que se pensó: los hombres mayores de 65 años son minoría entre los compradores, ya que lo usan varones de todas las edades que creen que, con la ayuda del Viagra®, tienen el “éxito” sexual asegurado.
Desde el día de su aprobación en los Estados Unidos –el 27 de marzo de 1998–, el Viagra® se empezó a vender más y más. Según la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), el año pasado se vendieron 3,6 millones de unidades en farmacias de nuestro país. En 2005, sólo se vendían 3 millones. Estiman en la COFA que las ventas en kioskos, hoteles e internet sumarían otros 3 millones de unidades por año. Además, le “nacieron” competidores: el tadalafilo y el vardenafil, también para problemas de erección.
Drogas psiquiátricas – Antidepresivos – antipsicóticos – ansiolíticos
A fines de los años 1950, las primeras drogas antipsicóticas y antidrepresivas modernas fueron desarrolladas: Clorpromazina (también conocida como Torazina), el primer antipsicótico ampliamente utilizado, fue sintetizado en 1950; mientras que Iproniazida, uno de los primeros antidepresivos, fue sintetizado por primera vez en 1957. En 1959, fue creada la Imipramina, el primer antidepresivo tricíclico.
Sobre la base de las observaciones clínicas de los resultados de las drogas mencionadas, en 1965 se publicó el artículo pionero The Catecholamine Hypothesis of Affective Disorders.
En él, se articulaba la hipótesis del desbalance químico para explicar los trastornos de la salud mental, especialmente, la depresión. Formó buena parte de la base conceptual para la era moderna en la psiquiatría biológica.
Esta hipótesis ha sido extensamente revisada desde su advenimiento en 1965. Investigaciones más recientes señalan los mecanismos biológicos subyacentes como la base posible para varios trastornos mentales.
Con algunos trastornos, parece que las imágenes pueden detectar con fiabilidad ciertos problemas neurobiológicos asociados con un trastorno específico.
Si futuros estudios corroboran estos resultados experimentales, el diagnóstico futuro de ciertos trastornos mentales podría agilizarse usando tales métodos.
David Kupfer es el jefe del grupo de especialistas que actualizó la quinta revisión del nuevo Manual Diagnóstico y Estadístico de Transtornos Mentales, DSM5, considerado en el mundo entero como la «Biblia de la psiquiatría».
Las primeras -y polémicas- decisiones sobre el DSM5 fueron incorporar dolencias que no estaban contempladas anteriormente. Kupfer es psiquiatra de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, y especialista en trastornos del humor y del sueño. Y sobre él caerán todas las críticas.
Una de las decisiones más controversiales son las reglas para el diagnóstico de la depresión. Por ejemplo, antes personas que estaban de luto no podían ser consideradas “enfermas”, aunque presenten todos los síntomas. En la quinta edición del DSM5 esa exclusión ya no es posible.
Otra decisión que Kupfer defiende es la de incluir en el DSM5 el autismo y todas las dolencias relacionadas a esa condición. Este cambio de consideración sobre la dolencia posibilitará para Kupfer, que los pacientes puedan recibir el diagnóstico y tratamiento adecuado a quienes sufran trastornos del espectro del autismo. Polémica en marcha entre los mismos psiquiatras.
El espectro de drogas psiquiátricas es amplio: desde el Valium -inventado por el químico Leo Sternbach para los Laboratorios Roche- lanzado en 1963, que fue el primer fármaco con más de mil millones en ventas anuales y conmemorado en la canción de los Rolling Stones, «Mother’s Little Helper»; hasta ho,y con los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, como el Prozac.
Fuente: http://www.infobae.com/