Le pidieron un suculento McFlurry y ella, como todos los días, lo sirvió con entusiasmo. Le gustaba trabajar allí, donde pasó los últimos 18 meses de su vida laboral, y conformar a los clientes. Quienes no estaban conformes eran sus jefes por lo que terminaron por echarla debido a su gran “generosidad” con los chips de chocolate.
Parece un chiste pero no lo es. Sarah Finch, de 19 años, fue despedida del McDonald’s ubicado en Carmarthen, Gales Occidental, tras haber sido “condenada” por sus superiores por “regalar comida”.
Tras el despido y el juicio correspondiente, la corte decidió que Finch fuera indemnizada con 3.000 libras. “El asunto es trivial ya que no hay un estándar para estas medidas, que son siempre imprecisas y pueden variar entre los clientes”, sostuvo la ex empleada de la cadena de comidas rápidas.
Fuente: http://www.acceso365.com