En las primeras horas del viernes se recibió una llamada en la comisaría 1ª de Ituzaingó, donde se informaba de la presencia de un cuerpo sin vida en la parada de colectivos en el cruce de las calles José María Paz y Malabia.
Tras la llegada de los efectivos policiales se constató que la persona fallecida era Leonardo Andrada, el motorman que condujo la formación que luego provocó la Tragedia de Once hasta la estación de Castelar, momento en que la entregó a Marcos Córdoba.
En el confuso episodio del que aún se buscan testigos, Andrada apareció con cuatro disparos por la espalda, y la única pertenencia que le fue sustraída fue el teléfono celular. “Era un hombre excelente en el trato, profesional, un hombre que no merecía tener este final”, dijo el delegado de la Unión Ferroviaria, Edgardo Reynoso.
Los delegados le pedirían al juez algún tipo de medida para custodiar al resto de los testigos de la Tragedia, según revelaron a Infobae.
El 29 de febrero, una semana después de ocurrida la tragedia, Andrada había declarado ante la Justicia que manejó la formación hasta la estación de Castelar, momento en que hizo el relevo a Marcos Córdoba, según revelaron fuentes judiciales en base a la declaración.
En ese momento, el motorman aseguró que debido a la demora de casi 20 minutos, su formación, al salir de Moreno, lo hizo sobrecargado y que a lo largo de las estacionesllegó a acumular el triple de capacidad que la formación debe llevar.
De acuerdo con lo relatado por él, ante esa circunstancia el tren que se dirigía a Once iba más lento que lo habitual, además de la mayor antelación con que debía ser frenado.
Fuente: http://www.infobae.com/