Edzard Ernst, reconocido estudioso de las terapias alternativas por aplicar con rigor el método científico, recopiló hasta 1.159 casos en la literatura médica de las tres últimas décadas, según una nota que publica el sitio www.esmateria.com.
Desde flatulencias hasta parálisis y agravamiento de tumores, las reacciones adversas provocadas por la homeopatía parecen ser muy numerosas, según este experto, profesor emérito de la Universidad de Exeter. Las afecciones más comunes que muestran los estudios revisados son alergias e intoxicaciones pero también incluyen la muerte de varios pacientes.
“La contaminación y la adulteración es un problema que se da en todos los medicamentos, también en la homeopatía”, sostuvo Ernst.
Según publica www.esmateria.com, la mayoría de los pacientes (1.142) sufrieron estos efectos secundarios a consecuencia directa de los agentes que contenían estos preparados homeopáticos.
Los 17 restantes son casos indirectos: situaciones médicas que empeoran por el uso de estos remedios en lugar de la medicina apropiada para curar una determinada dolencia que se ve agravada.
“El mayor peligro de la homeopatía es que puede ser empleada para afecciones graves, y como es una terapia de placebo puede causar graves daños a muchos pacientes”, afirmó Ernst.
Los preparados nocivos recogidos incluyen peligrosos metales pesados como mercurio, cadmio, hierro y otros agentes tóxicos como el arsénico, el talio, o el querosén. “La toxicidad se produce con remedios homeopáticos que no están suficientemente diluidos. En la mayoría de los casos sí lo están y, por lo tanto, el riesgo de toxicidad es pequeño”, expone el autor. Es por ello, que los activistas que denuncian la inutilidad de la homeopatía bromeando con tratar de provocarse sobredosis no sufren daños: no se conoce un solo caso de suicida homeopático que sufriera la más mínima dolencia.
Paul Posadzki, otro de los autores del estudio, explicó que no han sido capaces de determinar si la procedencia de los preparados tóxicos era mayoritariamente producto de una mano inexperta o de una fábrica de alguno de los grandes laboratorios homeopáticos.
“Millones de personas han muerto por los efectos secundarios de fármacos convencionales. Por tanto, comparando la magnitud del problema, parece que la homeopatía es mucho más segura que los medicamentos convencionales”.
Sin embargo, en su propio estudio puede leerse: “Es probable que los remedios homeopáticos causen muchos menos efectos adversos que los fármacos convencionales. Sin embargo, tal comparación puede ser engañosa, porque lo que determina el valor de cualquier tratamiento médico no es su riesgo absoluto sino la relación riesgo-beneficio. Si el beneficio es pequeño o inexistente, incluso un riesgo mínimo inclinaría la balanza hacia lo negativo”.