Muchos tienen la política de no renovar el cupo hasta tanto se cancelen los préstamos, ya que prefieren la liquidez. Se piden más requisitos para calificar: un cliente nuevo debe ganar $ 12.000 por mes. Tienden a achicar los plazos de los créditos y a aumentar la tasa: el CFT pasó del 65% al 80% anual
Me rebotaron, se resigna un hombre de 40 años, supervisor en una multinacional, cuando va a un banco de los grandes a pedir un préstamo personal. Me pedían ingresos mínimos por $ 12.000 mensuales, y como por $ 200 no llego, no me quisieron dar el crédito. Me rechazaron de una, admite ofuscado.
El comentario no es casual. Lo mismo le pasó a una mujer jefa de una gran empresa cuyo sueldo supera largamente los $ 12.000 que piden de mínimo. Pero como no llegaba al año de antigüedad que exigen como mínimo a los clientes nuevos, también la rebotaron.
Como la morosidad empieza a preocupar, las entidades optan por endurecer la línea y, ante la duda, achican los montos y se ponen cada vez más rigurosos en la calificación crediticia.
En este nuevo escenario, se puede apreciar un freno en el otorgamiento de créditos en el mercado financiero argentino debido a la incertidumbre por la audiencia holdout de mañana, por cualquier reacción externa que pueda llega a producirse.
Hay un límite de afectación del cupo asignado a las líneas de personales, al punto que no se ve una renovación hasta que no se cancelan los créditos existentes. De esta forma, mantenemos la liquidez y tratamos de que no crezcan los niveles de morosidad, revelan en una entidad.
Por otro lado, se observa un acortamiento en los plazos: tratan, en lo posible, que no pase el lapso de los seis meses. Es que existe una incertidumbre latente por el desenlace de las próximas elecciones legislativas de octubre, por lo cual ninguna entidad se anima a seguir abriendo el juego.
El año pasado, era frecuente que los bancos prestaran a 18 meses. Luego, redujeron a un año, y ahora se sienten cómodos si lo hacen por no más de un semestre, aunque siempre hay excepciones para los clientes del segmento VIP, para no perderlos. Se trata de alentar el consumo por no más de seis meses. En diciembre del año pasado tenías las famosas doce cuotas para la compra de todo tipo de electrodomésticos y productos de consumo masivo, sin excepción, mientras que ahora las doce cuotas tienden a ser sólo para productos puntuales, que las cadenas usan para sacarse determinados stock sque tienen acumulados, como pueden ser algunos lavorropas de una línea puntual que sean difíciles de colocar, por ejemplo. Entonces te enganchan con eso, pero la preferencia será a planes de sólo tres cuotas, advierten en el sector.
Los bancos prefieren usar su liquidez en el trading y ganar no tanto por el spread de comisiones entre depósitos y préstamos, sino más por la parte comisionable. Si bien las tasas nominales anuales están bajo vigilancia del Banco Central, el costo financiero total es un ítem que queda al margen, al no estar controlado.
El CFT vendría a ser como los amenities de las entidades: son las variables del ajuste. En un préstamo de $ 5.000, un seguro de $ 35 por mes pasa a ser carísimo por la incidencia que tiene. Lo mismo sucede con los costos de administración, confiesan.
De esta manera, hoy el costo financiero total de un préstamo personal en un banco de primera línea puede estar en alrededor del 80% anual, contra 65% que cobraban hace un año; mientras que en los del segundo eslabón el costo financiero total se acerca al 100% anual.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que los residentes del Sur (Comodoro Rivadavia, Rio Gallegos, Ushuaia y Rio Grande) tienen mayores requisitos. Como allí el salario y el costo de vida es mayor, deben ganar al menos $ 14.000 por mes para poder calificar para un préstamo si son clientes nuevos de un banco.
Fuente: http://www.cronista.com