Te presentamos la decena de obras que no podés dejar de escuchar de la legendaria banda británica que está celebrando los 50 años de su primer concierto. Contanos, ¿cuál te gusta más?
Este 12 de julio se cumple el cincuentenario del primer show en vivo de The Rolling Stones, la banda de rock más longeva de la historia. Acá te presentamos, los 10 discos que no tenés que dejar de escuchar.
BIG HITS (HIGH TIDE AND GREEN GRASS) (1966): La primera recopilación de los Rolling es una buena aproximación a los éxitos de la época en la que contaban con Brian Jones entre sus filas. Es preferible la versión británica, que tenía una lista de canciones distinta a la edición norteamericana, y que incluye Paint it black, Get off my cloud, Lady Jane y, por supuesto, (I can’t get no) satisfaction.
BEGGAR’S BANQUET (1968): Con este disco, el grupo de Mick Jagger y Keith Richards abandona la psicodelia y se centra en el rhythm and blues. Sympathy for the devil abre un disco que se convierte en el primero del mejor póquer de álbumes de los Stones y el último en el que el disfuncional Brian Jones trabajó al ciento por ciento.
LET IT BLEED (1969): Sus Satánicas Majestades terminan los ‘60 con su mejor álbum hasta esa fecha, que marcó la entrada en la banda del guitarrista Mick Taylor. Una colección memorable desde su comienzo, Gimme shelter, a su fin, You can’t always get what you want, con homenaje al maestro del blues Robert Johnson (Love in vain) incluido.
STICKY FINGERS (1970): Brown sugar, Wild horses, Bitch, Sister morphine son clásicos empaquetados en una de las portadas más famosas del rock. En España, por caso, la censura franquista consideró impúdicos los apretados “jeans” que mostraba la tapa del disco, creación del artista neoyorquino Andy Warhol, quien en la edición original diseñó un cierre para bajar o subir en tiempo real.
EXILE ON MAIN STREET (1972): Los Stones grabaron su obra maestra en uno de los momentos más turbulentos de su carrera. Huyendo del fisco británico, la banda se refugió en el sur de Francia para firmar una demoledora colección en la que figuran Rocks off, Happy y Shine a light. El doble álbum fue reeditado hace dos años con todos los honores y una decena de temas inéditos.
SOME GIRLS (1978): El grupo se reinventa con los ritmos de la música disco y la energía del punk con este álbum, aupado en los rankings por Miss you, uno de los mejores singles de toda su discografía. Jagger y Richards emprenden un período de espléndida madurez. La reedición de hace unos meses ha sacado a la luz inéditos grabados en esos años de plenitud.
EMOTIONAL RESCUE (1980): Al comienzo de su tercera década de actividad, los Stones se dejan contaminar por la música disco y el reggae, con grandes resultados comerciales. Pero no pierden su estilo y dejan la marca de la casa en temas como She’s so cold.
TATTOO YOU (1981): Pasará a la historia por su comienzo demoledor, Start me up, considerado el último de los grandes clásicos de la banda, que contiene uno de los riffs más reconocibles de Keith Richards. En su última gira, el grupo lo empleaba aún como arranque de sus conciertos. El lado B, plagado de baladas hermosas.
STEEL WHEELS (1989): Después de haber impacientado a sus fans durante buena parte de la década con discos menores y las respectivas aventuras solistas de Jagger y Richards, los Stones regresan a lo que mejor saben hacer. Recuperación de estilo. Es el último disco con Bill Wyman, quien se abrió el del grupo algo desgastado.
A BIGGER BANG (2005): El último álbum de estudio de los Rolling Stones hasta la fecha y el único editado en el siglo 21. Lo mejor del disco es que suena a los verdaderos Stones. Su comienzo es demoledor (Rough justice) y tiene una crítica al Estados Unidos de Bush (Sweet neo con).
Fuente: http://www.cronica.com.ar