La Supercard nació con el objetivo principal de cuidar los bolsillos de los sectores con ingresos más bajos. Pese a esta intención, con la implementación de la tarjeta actualmente se excluye a una parte de estos clientes, como los jubilados, los beneficiarios de planes sociales y los trabajadores «en negro».
Según la página web oficial que promociona el plástico, para obtenerlo resulta necesario “tener ingresos mínimos de $2.500 mensuales (por trabajo o jubilación)”. El requisito excluye a 1.800.000 personas de la tercera edad, que cobran la mínima en concepto de haberes jubilatorios, hoy de $2.165.
Entre los puntos que dejaría afuera de la Supercard a futuros clientes del segmento “popular”, está la exigencia de contar con una tarjeta de crédito bancaria con al menos un año de antigüedad y tener un trabajo en blanco.
A su vez, trascendió que tendrá un costo de $34 mensuales, un costo anual de renovación de $ 152, más un seguro de vida sobre saldo deudor del 0,29%, un porcentaje más oneroso al ofrecido por algunos bancos.
Sin embargo, el horizonte está la tarjeta alcance al mayor número de adherentes. Junto a otras cámaras como la de almaceneros y minoristas, los supermercadistas chinos están analizando los requisitos actuales. Así lo comentó Yolanda Durán, titular de Cedeapsa, la entidad que los agrupa. «Estamos del lado del consumidor, queremos que más gente se sume a la tarjeta», señaló.
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