Algunas personas realmente nacen para ser bien sucedidos, según una investigación de la Universidad de Edinburgh, en Reino Unido.
Es que una gran parte de la predisposición a la sociabilidad, determinación, sentido de propósito y autocontrol, que hacen la diferencia entre el éxito y el fracaso, está en el ADN. Los datos son del periódico Daily Mail.
Para llegar a esa conclusión, los científicos indagaron a más de 800 hermanos nacidos de una misma gestación, les prguntaron sobre sus actitudes para poder separar las influencias de la naturaleza y las de crianza. Al comparar a los gemelos, que comparten el mismo ADN y educación, con los mellizos, que tienen ADN diferente, se constató que los genes juegan un papel mucho más importante que el estilo de vida.
Aquellos que no fueron favorecidos con los genes prometedores no deben desanimarse. Es posible tener buenos resultados cuando buscan maneras de destacarse.
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