Hacer dieta es una de las cosas más difíciles del mundo. ¿Cómo resistir – encima ahora con el frío – a unas facturas rellenas o a un buen plato de pastas con mucha salsa y queso? Ni el agente de la saga Misión:Imposible Ethan Hunt (interpretado por Tom Cruise) nos podría ayudar.
Si bien cuesta y hasta a veces la falta de comida nos pone de mal humor, hay algunos consejos que aparecen en el sitio de la revista Muy Interesante que bien vale la pena tener en cuenta.
Yogur y frutos secos: a largo plazo, comer yogur y frutos secos, como las nueces o las almendras, ayuda a bajar de peso más que la fruta o las verduras, según se desprendía de un estudio llevado a cabo en la Escuela de Salud Pública de Harvard y publicado en la revista New England Journal of Medicine.
Contra los antojos, imaginación: un grupo de científicos de la Universidad Carnegie Mellon (Pittsburgh, EE UU) descubrió hace poco que, ante el deseo de comer chocolate y dulces, imaginarse tomando grandes cantidades de estos productos puede ser suficiente para calmar el apetito.
Tomar agua para adelgazar: un ensayo clínico presentado durante un encuentro de la Sociedad Americana de Química (ACS por sus siglas en inglés) reveló que beber dos tazas de agua antes de comer ayuda a perder peso y combatir la obesidad.
Si comés, no estés frente a la compu: comer delante de la pantalla de un videojuego o trabajando con el ordenador puede aumentar nuestro apetito a lo largo del día, fomentando el sobrepeso, según revelaba un trabajo publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition.
Echale pimienta… roja: según una investigación de la Universidad de Purdue (EE UU), consumir pimienta roja de Cayena puede «ayudar a reducir el apetito y a quemar más calorías de lo habitual después de cada comida, especialmente si no solemos consumir esta especia regularmente», explica Richard Mattes, coautor del trabajo.
Atentos a las etiquetas: leer las etiquetas de los alimentos que compramos nos ayuda a perder peso, de acuerdo con un reciente estudio de la Universidad Estatal de Washington publicado en la revista Journal of Consumer Affairs. Las mujeres entre 37 y 50 años son las que más han incorporado este hábito a la hora de hacer la compra.
Mejor pasar un poco de frío: si comenzás la dieta en invierno, no abuses de la calefacción. Según un estudio publicado en la revista Obesity Reviews, abusar de la calefacción en el invierno podría estar contribuyendo al aumento de la obesidad en Reino Unido, Estados Unidos y otros países desarrollados. Según los autores, reducir la exposición al frío reduce la necesidad de consumir energía para permanecer calientes y reduce la capacidad del cuerpo para producir calor.
Sueño antigrasa:de acuerdo a un estudio de la Universidad de Chicago, mientras hacemos una dieta, dormir durante toda la noche hace que se pierda más cantidad de grasa. Concretamente, si reducimos el sueño a sólo 5,5 horas perdemos el mismo peso que tras un sueño de 8,5 horas, pero la quema de grasas se reduce a la mitad.
¿Rápido o lento? Comer rápido, en comparación con hacerlo lentamente, reduce la segregación de unas hormonas que provocan la sensación de estar “lleno”. La reducción de dichas hormonas nos llevaría a comer en exceso y, por lo tanto, a engordar.
Perder peso mejora la memoria: además de adelgazar, cuando pierdes peso mejora tu memoria y tu capacidad de concentración, de acuerdo con una investigación de la Universidad Kent State (EE UU). Según Johns Gunstad, coautor del trabajo, muchos facotres que acompañan a la obesidad – hipertension, diabetes tipo 2, apnea del sueño- están vinculados a daños en el cerebro, por lo que para el investigador es lógico que “si estos problemas desaparecen, la memoria funcione mejor”.
fuente: http://ahguapas.infonews.com