Las consecuencias de exigir demasiado a los hijos

Muchos padres están deseosos de que sus hijos den el máximo en su nuevo año escolar, pero expertos advierten que algunos padres ponen tanta presión en el rendimiento escolar de sus hijos que los resultados pueden ser contraproducentes.

¿Cuánto es saludable y cuánto es demasiado? Los resultados pueden llegar a ser fatales. Aquí tienes 10 cosas que debes saber…

1- No hay un manual y por eso muchos padres temen fallarle al hijo. Los padres pueden aprender de otros padres, de sus familiares y de grupos de apoyo.

2- Recuerden que a veces el camino al fracaso está lleno de buenas intenciones.

3- No todos los hijos son iguales. Hay que reconocer las diferencias y las necesidades específicas de cada hijo en términos físicos, mentales y emocionales.

4- Empujar a un niño que realísticamente no puede hacer algo en específico, nada más por vivir algo que uno no pudo hacer uno mismo, puede ser un problema y los niños se sienten acorralados y a veces buscan avenidas que no son las mejores.

5- Una de las teorías que se manejan sobre la tragedia en Colorado es que James Holmes enloqueció tras fracasar un examen. Expertos señalan que el joven pudiera haber estado presionado por emular los logros académicos de su padre, quien fue graduado de Stanford, Berkeley y UCLA.

6- Los padres tienen que saber cuáles son las capacidades realistas que tienen los niños y después apoyarlos.

7- Según expertos, algunos padres humillan a los hijos cuando estos no obtienen una A en alguna materia.

8- Según expertos, la clave para un balance idóneo es combinar lo académico con lo extracurricular.

9- Los expertos también aconsejan que los padres se mantengan siempre en contacto con los maestros, con los consejeros, con grupos de apoyo y con los dirigentes escolares.

10- El padre quiere que el hijo tenga lo mejor y entonces es muy importante que en vez de presionarlo, que vaya con él o ella de la mano y le diga vamos juntos a ver qué es lo mejor.

Fuente: http://msnlatino.telemundo.com

10- El padre quiere que el hijo tenga lo mejor y entonces es muy importante que en vez de presionarlo, que vaya con él o ella de la mano y le diga vamos juntos a ver qué es lo mejor.