El investigador de la Universidad de Pensilvania (Filadelfia, EEUU) y del Hospital Clínic de Barcelona, Josep Dalmau, ha descrito la enfermedad de la conocida niña de la película ’El exorcista’, consistente en anticuerpos que atacan a proteínas neuronales «cruciales» y que provocan el aparatoso trastorno.
Dalmau ha explicado que los síntomas que retrata William Friedkin en su filme de 1973 han sido históricamente confundidos con un cuadro agudo de esquizofrenia e incluso posesiones diabólicas.
No obstante, según los estudios que ha liderado la dolencia guarda estrechos parecidos con la enfermedad bautizada como ’Encefalitis por anticuerpos contra receptores NMDA’, y ha recordado que hay determinados síntomas –como el hecho de que la menor empiece a hablar idiomas que desconoce y gira 360 grados su cabeza– que son simplemente ficción.
En la realidad estos enfermos, que suelen ser chicas de entre 18 y 20 años, aunque también niños y adolescentes, realizan torciones «muy forzadas», pero no tan extremas, y «desestructuran el lenguaje» hasta el punto que éste se convierte en incomprensible, pero no hablan nuevos idiomas, ha señalado el fichaje del Idibaps – Hospital Clínic, líder del grupo que ha elaborado la descripción.
Alucinaciones visuales, conversaciones imaginarias por teléfono, visiones de muertos, certeza de posesión de la verdad absoluta, convencimiento de contacto directo con Dios, expresiones constantes de terror, retorcimientos espectaculares con el cuerpo que desembocan en crisis epilépticas y movimientos anormales de boca, cara y brazos parecen los ingredientes de una película de terror, pero pueden ser consecuencia de una enfermedad inmunológica.
La dolencia ha sido recientemente descrita por el grupo americano del que forma parte Dalmau que, tras una investigación que empezó en 2005, ha quitado todo «misterio» a la dolencia, provocada por anticuerpos que atacan a proteínas situadas en la superficie de las neuronas y en sus puntos de conexión (sinapsis).
«La función de estas proteínas es crucial», por ser encargadas de los circuitos del cerebro, la memoria y el aprendizaje, y la alteración, que provoca la retahíla de síntomas citados, puede ser tratada con inhibidores de los citados anticuerpos. De hecho, se curan el 80 por ciento de estos enfermos con el correcto tratamiento.
A diferencia de lo que se creía, el origen del cuadro no es vírico, y la identificación de los anticuerpos permite un correcto tratamiento. La espectacularidad del trastorno confunde a las familias de los enfermos que, convencidos de que una droga es la causante del «aparatoso» trastorno, llevan a su enfermo a urgencias del hospital, donde las pruebas descartan que se trate de una sustancia estupefaciente.
De esta manera, los familiares inician un calvario de idas y venidas al hospital, al psiquiatra, incluso a sacerdotes exorcistas, y estos enfermos acaban en las unidades de cuidados intensivos (UCI) y pasando varios meses en el hospital, donde algunos a veces mueren. Recientemente el grupo ha realizado un estudio con 400 enfermos, el 80 por ciento de los cuales han logrado una curación completa o casi completa, y han podido retomar sus actividades habituales, aunque «han tardado bastante tiempo» en conseguirlo, ha especificado el experto, que ha calificado de «extraordinario» que se puedan curar.
La mitad de las enfermas sufría un pequeño tumor en el ovario benigno, pero con tejido nervioso, que iniciaba una respuesta inmunológica en el cerebro y desencadenaba la enfermedad. Ello llevó en 2005 a continuar con las investigaciones y en 2007 se identificó por primera vez la proteína diana a la que atacaban los anticuerpos en 12 enfermos.
La descripción de la enfermedad, que ha despertado expectación entre la comunidad científica en los dos últimos años, será presentada con vídeos ilustrativos en el X Congreso Internacional de Neurinmunología, en Sitges (Barcelona) ante un millar de científicos de todo el mundo. /larazon.es